29.11.11


Guía para la elaboración de un comentario de textos
Por Edgar Bravo

Leer, escribir y dialogar desde la filosofía constituyen la vía regia y quizá más expedita para aprender a pensar. En el caso del comentario de textos, uno de los ejercicios más propios de la actividad filosófica,  se pone en juego de manera excepcional el proceso de lecto-escritura. Ya no se trata solo de leer textos filosóficos o de escribirlos sino de aunar, a un mismo tiempo, el acto de escribir y de leer. Literalmente, aprendemos a leer escribiendo y a escribir, leyendo. Aún más, implica también un diálogo con el autor y, a su vez, con nosotros mismos. El comentario de textos resulta, pues, intelectualmente exigente y pedagógicamente formativo. Habrá que mencionar también que comentar un texto significa actualizarlo, mostrar su pertinencia, justificar su importancia y su fuerza por el reto que a nosotros, sus lectores, nos exige. Es posible distinguir tres momentos en la elaboración del comentario de textos: la contextualización, la interpretación del mismo y la valoración crítica del lector-escritor. En seguida se caracteriza cada uno.
  I.    Contextualización: el autor y su época
Aunque más allá de sus circunstancias particulares, el pensamiento y obra de los filósofos trascienden su época, no hay que olvidar que todo pensador es hijo de su tiempo, que sus ideas surgieron en un contexto determinado, con unas motivaciones y preocupaciones específicas y, ante todo, con unos presupuestos e ideas, no siempre conscientes, propias de su época. De ahí que para lograr una adecuada comprensión de un texto filosófico sea menester ubicarlo en el contexto social, histórico, político, cultural, etc. en el que surgió. Si dejamos  de lado el contexto, corremos el riesgo de ‘hacerle decir’ a nuestro filósofo cosas que no ha dicho y tergiversar sus ideas. Aun si al interpretar un texto, optamos por hacerlo desde nuestra perspectiva y contexto, no debemos dejarlo a la ‘libre interpretación’ so riesgo de desdibujar completamente su sentido. Así, pues, la contextualización es el primer paso hacia la comprensión de un texto.  Las siguientes cuestiones apuntan a este propósito.
  •        ¿Cuál es la época histórica del autor (datos básicos)?
  •       ¿A qué periodo y momento de la filosofía pertenece el autor?
  •       ¿En qué escuela se inscribe?
  •   ¿Qué influencias importantes de otros filósofos o escuelas de pensamiento determinaron su filosofía? ¿Qué datos biográficos son relevantes para entender su obra?
  •   ¿Qué hechos sociales, culturales, políticos y económicos son pertinentes para contextualizar su filosofía? ¿Qué otros aspectos considero necesarios para contextualizar el texto?
  •        Datos bibliográficos del texto (año original y demás datos de actualidad)
  •       ¿Qué obra o a qué obra pertenece el texto a analizar?
  •       ¿Qué lugar ocupa el texto a analizar en el conjunto de la obra del filósofo?
 II.     Análisis e interpretación del texto
Se trata de mostrar lo que el texto quiere decir. Para ello es necesario hacer un análisis del mismo, esto es, descomponer el texto en sus partes fundamentales, con el fin de identificar su estructura,  los conceptos (lo que denotan y connotan) que lo articulan. Así mismo, en aras de la rigurosidad, las interpretaciones y análisis deben acompañarse de las citas textuales a las cuales se refieren. Finalmente, habrá que hacer una síntesis que recoja, en pocas palabras, lo esencial del texto.  Al realizar el análisis tenga en cuenta, además, las siguientes cuestiones.
  •       ¿Cuál es el tema principal del texto?
  •       ¿Cuáles son los temas secundarios que aborda el texto?
  •       ¿Cuál(es) es la(s) tesis principal(es) del texto?
  •    ¿Qué hace el autor en los distintos momentos que estructuran el texto? ¿analiza, interpreta, argumenta, cuestiona al lector, se cuestiona a sí mismo, expone su punto de vista, plantea un problema, hace una crítica, defiende o ataca una tesis, da ejemplos, propone soluciones, compara, etc.?
  •       ¿Cuáles son los conceptos principales que articulan el texto?
  •       ¿Qué tipo de texto es? ¿cuál es su tipología textual?
  •      ¿Cómo defiende el autor su planteamiento central?
  •      ¿Cómo argumenta el autor? ¿con qué argumentos y de qué tipo son?
  •       ¿Qué es lo que en últimas quiere decir o proponer el autor?
  •      ¿Cómo puedo sintetizar en mis propias palabras lo esencial del texto?
  •       Otras consideraciones que considere pertinentes.
 III.   Apreciación crítica
Una vez identificada su estructura y aclarados los conceptos, es decir, de haber penetrado el sentido profundo del texto, conviene tomar distancia del mismo con el propósito de hacer un juicio crítico del mismo. Se trata de exponer nuestro punto de vista argumentado sobre el texto. La crítica pretende enriquecer el texto mostrando aquello que no siempre resulta evidente en el texto, mostrar su complejidad, sus tensiones, sus posibilidades que nos permita inferir, leer ‘entre líneas’, examinar su coherencia interna (intratextual) y externa, es decir, con el resto de su obra y escuela a la cual pertenece (coherencia intertextual). También se trata de hacer visibles sus limitaciones, lo que no logra resolver. De igual manera su influencia posterior, sus fortalezas y debilidades, lo que nos ha impresionado, su influencia posterior. En fin, se trata de ‘conversar’ de manera crítica con el autor para mostrar lo que pensamos después de haberlo estudiado. Las siguientes cuestiones apuntan en ese sentido:
  •            ¿Qué aspectos o tesis son las más relevantes del texto? ¿por qué?
  •             ¿Qué apartes del texto voy a citar por su importancia? ¿en qué son importantes?
  •            ¿Qué me ha aportado el tema? ¿qué me ha impresionado? ¿Por qué?
  •          ¿Qué dificultades plantea el análisis y la interpretación del texto? ¿Cómo evalúo sus argumentos?
  •             ¿Cuál es el propósito del autor del texto y hasta dónde logra realizarlo?
  •       ¿Cuál es la mayor fortaleza del texto? ¿sus tesis, sus argumentos, su manera de argumentar, su estilo, etc.?
  •            ¿En qué estoy de acuerdo con el texto? ¿en qué no? ¿Por qué?
  •            Otros aspectos que considere pertinentes.
IV.            Bibliografía consultada.
Principal. Se refiere a las fuentes o textos escritos por el autor del texto que se comenta.
Secundaría: es la bibliografía complementaria consultada para comprender el texto.
La bibliografía debe contener todos los datos pertinentes.