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20.2.19

Cómo saber cuando un argumento es correcto

Edgar Bravo M. 
Desde la teoría de la argumentación se establecen los criterios para determinar cuándo un argumento es correcto. Antes de hacerlo hay que considerar en qué consiste un argumento y cuales son sus elementos constitutivos.
1. ¿Qué es un argumento? Un argumento es un conjunto de proposiciones de las cuales, unas llamada premisas, permiten mediante un proceso mental llamado inferencia, derivar otra proposición llamada conclusión...    Seguir leyendo.     Palabras clave: argumento, inferencia, premisa, conclusión.

13.9.12

El concepto de auditorio en la teoría de la argumentación de Perelmann

Por Alfonso Monsalve 
En la teoría de la argumentación el concepto de auditorio juega un papel central en la medida en que el éxito de la misma depende de la adhesión del auditorio a las tesis que el orador presenta. En este texto, el autor parte desde los presupuestos de Perelmann y Olbrechts-Tyteca, para mostrar la distinción entre convencer y persuadir para luego analizar las distintas maneras de concebir a un auditorio. 
Para acceder al texto siga el link: 

28.5.11

Todo lo que debería preguntarse para escribir un ensayo

Edgar Bravo M.

“Celebro y acaricio la verdad cualquiera que sea la mano que la detente, y a ella me entrego alegremente y le tiendo mis armas vencidas, en cuanto la veo acercarse a lo lejos. Y con tal de que no procedan con ceño demasiado imperioso y sentencioso, acepto las críticas que hacen a mis escritos”. Así decía Michel de Montaigne (1533-1592) al referirse a las posibles críticas a sus ensayos. Ese género, nacido en pleno Renacimiento, cuya paternidad ha sido atribuida al filósofo francés, ha tenido en nuestra época su mayor apogeo. Difícil de definir, pero fiel a su tradición, conviene recordar que en el ensayo la actividad intelectual no corre al margen del conocimiento de sí mismo, ni de la propia subjetividad. Las pautas y preguntas que en seguida se proponen esperan ser una guía para reflexionar sobre sí mismo a través de la indagación intelectual de un tema que supone el acto de escritura. Despojar al ensayo del rigor de la subjetividad supone convertirlo en una fórmula, un mero conjunto de procedimientos.                  Leer más: PDF.



9.7.10

Y dejaron de escribir...

Por Augusto Monterroso

¿Por qué dejar de escribir? Quizá demasiado imbuidos de sí mismos, demasiado obsesionados con el oficio de escribir, algunos escritores se retiraron de la escritura y se dedicaron a otra cosa. Esto es lo que nos cuenta el escritor guatemalteco Augusto Monterroso (1921-2003), conocido, entre otras cosas, por sus cuentos cortos.

Un periodista local preguntaba por qué un escritor deja de escribir. Bueno, es una tentación diaria; pero no creo que nadie lo sepa, y tal vez ni él mismo. De cualquier manera me vinieron a la memoria, como siempre, los tres casos clásicos de gente que lo ha hecho: Shakespeare, cambiando el teatro por los negocios; Rossini, abandonando la ópera por la repostería y Rimbaud renunciando a la poesía para terminar en el tráfico de armas, tal vez el trueque más respetable de los tres y más afín con lo que se hacía antes (los poetas y los escritores en general se disparan unos a otros con lo que pueden: cuando las palabras no le bastaron, Verlaine le pegó un tiro a Rimbaud). Hay que añadir que los tres dejaron su arte en pleno éxito y que en todo caso para ellos eso significaba una liberación. Lo imposible es tener claro si abandonar este oficio [...] significa una derrota o una victoria sobre sí mismo.

14.11.09

Otros ejercicios de escritura...

Por Edgar Bravo

Cinco ejercicios de escritura adicionales para la producción de textos.

1. Narra el estado de naturaleza de Hobbes utilizando sólo palabras que inicien por vocal.

2. Piensa en un hecho significativo de tu vida y cuéntalo como si fueras Locke.

3. Escribe un relato sobre la historia de Adan y Eva, según un anarquista.

4. Escribe diez consejos que le daría Rousseau a su hijo para que le vaya bien en la vida, explicando el porqué de cada uno.

5. Las pandillas juveniles de todos los estratos sociales están poniendo en peligro la seguridad de la ciudad. ¿Qué va a hacer Hobbes?

3.9.09

¿En qué consiste la particularidad del saber filosófico?

Por Edgar Bravo
Qué particularidades hacen de la filosofía un discurso distinto al de los demás tipos de conocimiento y cuáles son las características de un texto filosófico.
Cuando nos referimos a la filosofía como disciplina se tiene la impresión de que la misma forma un todo unitario, un solo saber que en el transcurrir de la historia se ha ido consolidando hasta convertirse en un cuerpo de verdades más o menos unificado; sin embargo, en la práctica lo que designamos bajo el nombre de filosofía encierra una pluralidad de discursos, algunos más o menos coincidentes, otros diferentes entre sí y, definitivamente, otros no sólo diferentes entre sí, sino también opuestos. En este sentido, la unidad del saber filosófico es más aparente que real.

Entonces, ¿qué hace que esa multiplicidad de saberes filosóficos, tan distintos unos de otros, se agrupen bajo el nombre de filosofía? ¿en qué reside ese ‘aire de familia’ que caracteriza al saber filosófico? Ante todo en la manera de abordar sus objetos de estudio. Aunque no existe un canon definitivo de los rasgos que nos muestre en qué consiste ese ‘aire de familia’, es posible identificar algunos de ellos dada su recurrencia en la historia del pensamiento filosófico. Vamos a considerar de manera breve algunos de los rasgos más relevantes y constantes en el discurso filosófico.
La filosofía aborda los objetos de estudio de manera racional, analítica, crítica, histórica, sistemática, universal y reflexiva.
- Es un saber racional en tanto que sus planteamientos mantienen una coherencia lógica.
- Es analítico porque distingue los conceptos, tesis, argumentos, teorías y problemas.
- Tiene carácter crítico dado que establece juicios de valor.
- Posee una dimensión histórica ya que sitúa los problemas y las teorías en el contexto socio-cultural en el que surgieron, estudia su evolución a través de la historia y los actualiza en la realidad presente.
- Es sistemático en la medida en que aparece como un saber ordenado y coherente.
- Es universal pues busca los fundamentos, principios y esencia de los objetos estudiados.
- Es reflexivo pues su discurso vuelve de manera constante sobre sí mismo, para revisarse y actualizarse en todo momento.

La profundidad del pensamiento filosófico se hace evidente en los textos filosóficos, los cuales tienen ciertos rasgos esenciales que les dan un ‘aire de familia’. Son textos analíticos, interpretativos, argumentativos, críticos y propositivos. Cada una de estos rasgos interroga al objeto de estudio de diversas maneras:
- ¿Qué quiere decir el autor del texto? (requiere analizar e interpretar)
- ¿Cómo se justifica lo que plantea el autor? (identificar o construir argumentos)
- ¿Son aceptables los argumentos del texto? ¿estoy de acuerdo con las tesis y/o los argumentos que plantea el autor? ¿Por qué? (competencia crítica)
- ¿Qué propone el autor como respuesta al problema formulado? ¿Si no estoy de acuerdo, cuál es mi propuesta? (competencia propositiva).
El resultado de poner en juego todas estas competencias en el proceso de lecto-escritura de textos filosóficos ya sea en el estudio de los textos de los filósofos o en la producción de los propios, apunta a lograr la comprensión del objeto de estudio.

25.8.09

250 Conectores textuales

 Edgar Bravo M.                                                                                                                                                        El uso de los llamados conectores textuales o marcadores del discurso sirve para evidenciar la coherencia lógica de un texto argumentativo. Existen numerosos conectores textuales que explicitan el tipo de relación y jerarquía entre las diversas ideas de un texto. 
      En seguida se presentan, organizados en una tabla, 250 conectores textuales clasificados en 22 categorías y que corresponden  a las relaciones más utilizadas en los textos argumentativos: aclaración, adición, cambio de perspectiva, causa, coexistencia, comienzo, concesión, consecuencia, condición, continuidad, contraste u oposición, de conformidad, detalles, ejemplificación, énfasis, finalidad, hipótesis, introducción, objeción, resumen, secuencia y semejanza.         Para acceder al texto:  250 conectores textuales.