31.8.09

Poder, fuerza y violencia: relaciones sociales a resignificar

Por Hernando Orozco Losada. Docente Departamento de Ciencias Sociales - Universidad Autónoma.
Resumen: Tanto en los círculos académicos, como en los medios de comunicación y más aún en las conversaciones cotidianas en nuestro país, es frecuente equiparar poder, fuerza y violencia. El texto realiza una aproximación teórica y empírica al uso coloquial y cotidiano de los términos en casos de “limpieza social” y sus formas de legitimación en el lenguaje, para luego hacer una distinción de los términos a partir de planteamientos de Hannah Arendt y Sergio Cotta. Finalmente evidencia como los casos de resistencia civil contra la violencia son formas de poder que se oponen a la violencia y permiten entender por que es necesario distinguir más que equiparar estas nociones en su uso cotidiano.

La división de poder

Por J. L. Gonzáles-Berenguer
La evidencia de que el poder tiende a ser ilimitado es algo que la historia. viene constatando repetidamente, junto con la también evidencia de que las situaciones de crisis de poder son catastróficas para los pueblos. Se sigue de aquí la conveniencia de encontrar una formulación intermedia entre la situación de poder ilimitadamente ejercida y la situación de vacío de poder. Esta situación intermedia en la que el poder frena al poder es lo que genéricamente se conoce por división de poderes, división que ya conocieron los clásicos griegos, como lo demuestran las constituciones de Esparta y Atenas y la propia obra aristotélica...

Preguntas para el análisis del texto:
1. ¿Con qué argumentos se justifica la división de poderes en el Estado?
2. ¿En qué consiste y qué consecuencias se derivan del “vacío de poder”?
3. ¿Cuáles son los riesgos del poder ilimitado por parte del gobernante?
4. ¿Qué garantías genera el sistema de libertades en la división de poderes en la Inglaterra posterior a la revolución de 1649, y en la Francia después de la Revolución de 1789?
5. Explique la relación entre poder y libertad.
6. En qué consiste la diferenciación entre ‘tenencia de libertad’ y ‘disfrute de libertades’ propuesta por el filósofo Julián Marias?
7. Describa la concepción clásica de la división de poderes propuesta por Montesquieu y Locke?
8. Explique de qué manera se resignifica la división clásica de poderes en el contexto del Estado contemporáneo (intervencionismo estatal).
9. ¿Analice la relación entre la nociones de ‘división de poderes’ y la de ‘coparticipación del poder’, definiendo en primer lugar a qué hace referencia cada una?
10. ¿De qué manera la coparticipación de poderes permite el equilibrio de poderes en el Estado y de cómo puede hacerse efectiva?
11. Sintetice en un párrafo la tesis principal que propone el texto.

30.8.09

¿Qué lugar ocupa la filosofía en el campo del conocimiento?

Por Edgar Bravo
Se plantea el lugar que ocupa la filosofía en el entramado del campo del conocimiento; en particular, su relación con las ciencias.

¿A qué tipo de conocimiento pertenece la filosofía? En las teorías del conocimiento clásicas es usual la distinción entre “sujeto” y “objeto”. El sujeto se refiere al agente del conocimiento, ‘al que conoce’, y el objeto a ‘lo que se estudia y conoce’. Decimos que el ‘conocimiento’ es lo que media entre el uno y el otro. La ciencia moderna espera la mayor objetividad posible del sujeto frente al objeto de conocimiento, es decir, trata de eliminar la mayor subjetividad posible y de esta manera garantizar el conocimiento científico.

Sin embargo, tal pretensión de objetividad responde más a un ideal que a una realidad pues son muchos los aspectos que la dificultan. En lo que sigue vamos a mostrar como la objetividad está condicionada y varía de acuerdo con el ‘objeto’ de estudio; no es lo mismo estudiar la trayectoria de un cuerpo celeste que seguirle la pista al quehacer de un sujeto en un día de su vida. En el primer caso, si se conocen las variables la trayectoria del cuerpo se puede determinar de manera más o menos precisa pues el mismo está sujeto al determinismo de las leyes físicas. No ocurre lo mismo en el segundo caso, pues a pesar de conocer muy bien a nuestro sujeto esté puede sorprendernos en cualquier momento con un comportamiento imprevisible. Dicho de otra manera, las variables que condicionan el accionar del ser humano son ilimitadas además de complejas, muchas de las cuales jamás vamos a conocer, incluso ni siquiera el mismo sujeto sería capaz de enterarse de todas sus motivaciones ya que muchas de ellas pertenecen al inconsciente.
Esta observación nos sirve para establecer una clasificación de las ciencias dependiendo de la naturaleza de su objeto de estudio:
La clasificación de las ciencias

Esta clasificación de las ciencias según su objeto de estudio nos permite inferir que en el campo de las ciencias empíricas los objeto de estudio de las ciencias naturales actúan más o menos según los patrones de las leyes naturales (a excepción claro de los objetos que estudia la física cuántica) y por lo tanto, están sujetos a la necesidad, esto es, que no pueden actuar en las mismas circunstancias de otra manera a como lo hacen. En contraste con estas ciencias, el objeto de estudio de las ciencias humanas o sociales es por su misma naturaleza más complejo y difícil de aprehender pues los seres, las acciones y las relaciones humanas que son su objeto de estudio no operan bajo el determinismo de las leyes físico-matemáticas, sino que, por el contrario, de manera mucho más aleatoria e impredecible, la libertad y la complejidad de las motivaciones de los individuos y grupos humanos no permite cálculos exactos sobre este objeto de estudio.

De ahí que no es dable esperar en las ciencias humanas la misma precisión matemática que se da en las ciencias naturales. La razón no se encuentra en la ‘falta de seriedad’ o en la precariedad de los métodos de las ciencias humanas o sociales, sino en que por su misma naturaleza los objetos de estudio de estas últimas no se dejan atrapar o reducir a la lógica racional de las leyes físico-matemáticas. Muchas veces esta falta de precisión en las ciencias sociales o humanas es valorada de manera peyorativa sin tener en cuenta que la naturaleza de su objeto de estudio no es la misma que la de las ciencias naturales. Así como decía Aristóteles, no podemos esperar la misma precisión en la ciencia de la política que en una demostración matemática.

Quién se interese por los asuntos humanos debe aprender a convivir con la complejidad e incertidumbre que genera su objeto de estudio. Adicional a esto y retomando las consideraciones sobre el sujeto y el objeto de conocimiento iniciales, tenemos que en el caso de las ciencias sociales o humanas el objeto de estudio es al mismo tiempo el sujeto o agente de conocimiento, pues justamente somos nosotros, los seres humanos, quienes reflexionamos sobre nosotros y nuestro quehacer. Por lo demás, también hay que tener en cuenta, que a diferencia de las ciencias naturales que buscan explicar y predecir los fenómenos que estudian, las ciencias sociales o humanas intentan más bien comprender las acciones humanas.
¿Qué lugar ocupa la filosofía en este entramado de las disciplinas científicas?

La obra de Newton Los principios matemáticos de la filosofía natural, de 1686, con anotaciones a mano de Newton.


En tanto que saber la filosofía no encuadra en ninguna de las ciencias, sino que por su particularidad las atraviesa a todas, pero también está antes y después de ellas. Desde los comienzos de la filosofía occidental en la Grecia del siglo VI a.C. todo el saber científico formaba parte de la filosofía, hasta el libro de Newton, publicado en 1686, Principios matemáticos de la filosofía natural dan cuenta de hasta qué punto la física formaba parte de la filosofía. Por su parte, los grandes tratados de psicología, desde Platón, Aristóteles, Agustín de Hipona, Descartes, Kant, hasta el siglo XIX son del dominio de la filosofía. Sólo cuando una disciplina madura, se especializa y construye su propio método se convierte en una ciencia. Mientras tanto pertenece al reino de la filosofía. Así, pues, forman parte de la filosofía todos esos problemas aún no resueltos. Pero también al final del camino de las ciencias, en sus estadios más avanzados, los problemas científicos se vuelven cuestiones filosóficas: ¿qué es finalmente la vida? ¿qué hay más allá del universo? ¿es la antimateria que han descubierto los físicos una forma de no ser? ¿el no ser es posible? ¿qué es la muerte? Todas estas cuestiones aparecen en los límites del conocimiento de ciencias tales como la biología, la medicina, la astronomía y la física. Son cuestiones filosóficas.

Si bien cada ciencia tiene determinado objeto de estudio sobre la realidad, la filosofía se ocupa también desde el campo de la epistemología de examinar esos discursos que hablan sobre la realidad, convirtiéndose en una teoría sobre los discursos de la ciencia. Encontramos entonces estudios sobre la filosofía de la física, la filosofía de las matemáticas, o en general, sobre la filosofía de la ciencia, la filosofía de la educación, entre otras. Ejemplos cuestiones filosóficas que aborda la filosofía de la ciencia: ¿qué es una hipótesis? ¿qué es la verdad? ¿cómo progresa la ciencia? ¿qué caracteriza a una revolución científica? ¿qué tan fiable es el método científico? ¿qué es finalmente la educación? ¿qué es la vida y de dónde viene? ¿qué es la mente?

Habrá, sin embargo, problemas eternamente filosóficos: ¿en qué consiste la felicidad? ¿cuál es la mejor manera de organizar una sociedad? ¿qué le da sentido a la vida humana? ¿qué es la justicia? ¿en qué consiste la responsabilidad moral? ¿existen valores universales o sólo relativos? ¿por qué existe el universo? ¿por qué existimos? ¿existe el alma? ¿qué es la amistad? Estas cuestiones de suyo son clásicas en la historia del pensamiento filosófico.

25.8.09

250 Conectores textuales

 Edgar Bravo M.                                                                                                                                                        El uso de los llamados conectores textuales o marcadores del discurso sirve para evidenciar la coherencia lógica de un texto argumentativo. Existen numerosos conectores textuales que explicitan el tipo de relación y jerarquía entre las diversas ideas de un texto. 
      En seguida se presentan, organizados en una tabla, 250 conectores textuales clasificados en 22 categorías y que corresponden  a las relaciones más utilizadas en los textos argumentativos: aclaración, adición, cambio de perspectiva, causa, coexistencia, comienzo, concesión, consecuencia, condición, continuidad, contraste u oposición, de conformidad, detalles, ejemplificación, énfasis, finalidad, hipótesis, introducción, objeción, resumen, secuencia y semejanza.         Para acceder al texto:  250 conectores textuales.

Constitución Política de Colombia - Edición 2005

Actualizada con todos los Actos Legislativos expedidos hasta el 2004 Contiene los texto completos de los artículos reformados Edición 2005
TRABAJO REALIZADO POR BIBLIOTECA ENRIQUE LOW MURTRA – BELM -


5.8.09

Crítica de Feuerbach y de Marx a la religión

Edgar Bravo M.

Ambos pensadores son influenciados por Hegel. Sin embargo, toman distancia en cuestiones religiosas. Para Feuerbach la religión pertenece al campo de la antropología en el sentido en que la idea de Dios es una creación del hombre, y no al revés, como tradicionalmente se ha planteado. Dicha creación no es más que el reflejo de los anhelos humanos, esto es, de todo aquello que el hombre no es capaz de realizar, de sus frustraciones, de sus limitaciones. Dios encarna el ideal de lo que el hombre desea pero no puede alcanzar. La religión es una creación humana, no una invención exclusiva de los sacerdotes y pastores, si bien estos últimos se ha servido de ese anhelo profundo que acompaña al corazón humano para someter y dominar las almas. Entre más alto y perfecto Dios, más pequeño y miserable el ser humano.

Marx comparte la crítica de Feuerbach a la religión pero va más allá. Para Marx el origen de esta necesidad profunda (la idea de Dios) inscrita en la condición humana no es producto de los límites de la vida humana, sino que la misma descansa en la explotación económica. Es decir, que en últimas –para Marx- la representación de un Dios como reflejo de los anhelos humanos es producto de la miseria causada por la explotación económica del sistema capitalista. De ahí que para superar esta representación religiosa el ser humano debe transformar la realidad concreta en que vive, transformar las condiciones económicas y sociales que son la causa última de esa ideología religiosa. No se trata, pues, como planteaba Feuerbach de una superación de la religión a través de la comprensión intelectual, sino a través de la acción real y concreta que posibilite la superación de esa mentalidad.