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21.8.23

La condición humana según el existencialismo

Según el filósofo francés (1905-1980), la condición humana está constituida por los límites a priori que definen nuestra situación en el univierso y entre los cuales se destacan el hecho de estar en el mundo, de tener que trabajar, de tener que relacionarnos con los demás y del hecho de ser mortales. Sin importar la época ni las circunstancias particulares, cada ser humano se enfrenta a ellos del modo en que puede: bien sea para tratar franquearlos, de ampliarlos o de negarlos. Cada intento no solo habla de quién lo hace sino de la humanidad entera representada en cada uno.

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11.5.22

El horizonte político en Sócrates y Platón

Edgar Bravo M.

   A pesar de haber compartido en buena parte la misma época, de que compartían las mismas ideas respecto a la posibilidad del conocimiento o respecto a la justica, encontramos también diferencias entre Sócrates y Platón. Aquí nos interesa resaltar una  de ellas que nos parece esencial. Mientras Sócrates tenía puesto su horizonte político en la Atenas que vivió, para su discípulo, como evidencia la República, el horizonte político estaba puesto en el futuro. Este ensayo precisa esa diferencia.

    Sócrates no escribió nada. Lo que sabemos de él lo conocemos, principalmente, a través de la obra de Platón, su discípulo. Sin embargo, Platón hizo también de Sócrates el protagonista de los Diálogos en los que expone sus propias ideas. Resulta pues necesario distinguir entre el Sócrates histórico y el Sócrates platónico, es decir, Platón propiamente.

 Como ya lo dijimos, en ambos casos, quien escribe es Platón.[1] Sin entrar en muchos detalles, hay cierto acuerdo entre los especialistas en clasificar la obra de Platón en 4 periodos, cada una reflejada en un grupo de diálogos: los diálogos de juventud, que serían los que corresponden al Sócrates histórico. Luego, están los llamados diálogos de transición, cuando Platón comienza a construir su propia teoría a partir de un desarrollo de las ideas socráticas. Luego vienen los del periodo de madurez y finalmente los de su época de la vejez.[2] Platón fue un escritor prolífico. Sabemos de más de 30 diálogos que se han conservado. Nunca dejó de trabajar sobre sus propias ideas: en tal diálogo profundiza sobre un problema específico, en tal otro plantea una teoría que, a la vez, es reformulada en diálogos posteriores. Todos ellos comparten al menos tres características: la primera, que el protagonista infaltable es Sócrates;[3] la segunda, que de una u otra manera, sus obras dejan entrever, sino de manera explícita, una preocupación por la política, y la tercera, que son una fuente permanente de problemas, de preguntas abiertas. De esta última característica, viene la afirmación de Withehead” (1956, 67), quizás un poco exagerada, según la cual la tradición de la filosofía occidental no es más que “una serie de notas marginales a Platón”; sin duda, se refiere a la riqueza de ideas y problemas de la obra del filósofo griego.

 Conviene la clasificación anterior para los efectos de este ensayo. Como el título lo indica, se trata de mostrar el horizonte hacia donde mira cada uno, Sócrates y Platón, cuando discuten y desarrollan sus ideas. Se trata de evidenciar el horizonte político y de paso, el horizonte formativo, que aquel implica como propuesta. El objetivo es mostrar cómo, a pesar de la cercanía entre Sócrates y Platón, el horizonte político de cada uno es diferente. Esperamos que tales distinciones contribuyan a aclarar las diferencias entre Sócrates y Platón.

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20.1.22

Descartes, la travesía de un viajero

Edgar Bravo M. 
Descartes hizo de su vida una travesía permanente, también viajero intelectual, su vida fue una experiencia de un continuo hacerse, des-hacerse y rehacerse. Escribe como un explorador y descubridor, su lenguaje es sencillo pero vigoroso, sin afectación, más preocupado por transmitir sus descubrimientos que por hacer discípulos. Con Descartes estamos en la modernidad.

Más allá de los lugares comunes que ubican a Descartes como el iniciador de la filosofía moderna, como el filósofo racionalista de la modernidad, la pretensión de este ensayo es otra; digamos que tampoco trata acerca de su contribución a la historia de la filosofía, o del análisis de tal o cual problema clásico de la filosofía cartesiana (el cogito, Dios, el método, las verdades eternas, entre otros). La pretensión de este ensayo es mucho más modesta, marginal si se quiere, pero, en mi opinión, iluminadora y estimulante para pensar la naturaleza de la actividad filosófica. De ahí que no se trata aquí de reelaborar un discurso sobre la filosofía cartesiana, sino de reflexionar sobre aquello que hace Descartes como filósofo. Quizá esa es la mejor manera de aprender a filosofar. Esta reflexión se articula alrededor de una preocupación constante de Descartes por encontrar un camino que le permita conducir su vida de la manera más recta y segura posible. Para el desarrollo de esta idea me centro en la lectura de tres textos, la primera y la tercera parte del Discurso del método, publicado en francés en 1637 cuando Descartes tenía 41 años, y en una carta a la princesa Elizabeth, del 4 de agosto de 1645. La primera parte del Discurso es una especie de autobiografía personal e intelectual del filósofo francés; los otros dos textos son una exposición de su moral. Los tres textos, como la mayoría de su obra, está atravesada por la metáfora del viaje. Podemos aprovechar la misma para reconstruir su recorrido intelectual.                                                                                                                           
La formación y el discurso cartesiano se desarrollan para este fin en dos perspectivas. La primera se desarrolla en tres momentos: la lectura y el estudio de los libros de los autores clásicos y antiguos, su viaje por “el gran libro del mundo” y la construcción de su propio método para alcanzar un conocimiento cierto. La segunda coincide e inicia con este último momento, con esa búsqueda de certeza intelectual, para lo cual postula un moral de provisión, mientras revisa y pone en duda radicalmente sus creencias. Esta reforma privada de su entendimiento hace un desplazamiento, no sin cierta sutileza, hacia un escenario político. Aquí se desarrollarán algunas ideas para mostrar la convergencia de ambas perspectivas.

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19.10.21

Análisis filosófico de un concepto

Luis Villoro
El filósofo Luis Villoro ofrece en el texto 
Creer, saber, conocer, (1982) un análisis sistemático de los conceptos epistémicos fundamentales como creencia, certeza, saber y conocimiento. En el siguiente fragmento de dicha obra, el autor examina papel de la filosofía en el análisis de los conceptos.

La filosofía ha consistido siempre en un examen de los conceptos a partir de sus múltiples usos en el lenguaje ordinario. Desde Sócrates hasta Wittgenstein el material de la reflexión filosófica, donde puede iniciar su búsqueda incesante de claridad y distinción, es el riquísimo mundo del pensamiento humano ordinario, tal como se expresa en el lenguaje común. Muchos términos son usados sin precisión, sus fronteras de aplicación son vagas, a menudo una misma palabra puede tener varios significados y expresar conceptos epistémicos diferentes; sobre todo, en el lenguaje común no están sistematizados los conceptos, de modo no se expresan sus relaciones lógicas. Al análisis filosófico le corresponde la clarificación, distinción y sistematización de esos términos, hasta llegar a un sistema ordenado de conceptos definidos con cierta precisión. Aunque parte de los usos comunes del lenguaje, el análisis conceptual conduce así a una reforma del lenguaje.


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21.9.21

Guía de lectura de la 'Apología de Sócrates', de Platón

Edgar Bravo M

La Apología de Sócrates, escrita Platón narra el juicio y la condena de su maestro. La obra es un monólogo puesto en boca de Sócrates, en el que narra, en primera persona, cómo fue el juicio y su defensa en el mismo. Las preguntas propuestas orientan la lectura en aras de una mejor comprensión. Se han agrupado apuntando a distintos aspectos y niveles de comprensión.

Preguntas de comprensión general:

     1.    Investigue cómo funcionan los juicios en la Atenas en la época clásica. Esto le ayudará a entender la dinámica del juicio.

      2.      ¿En qué partes se estructura la Apología y cuál es el hilo conductor?

 


Preguntas para la comprensión de aspectos puntuales:

1.        ¿Quiénes acusan a Sócrates? ¿En qué consisten las acusaciones y cuáles son los argumentos?

2.      ¿Cómo se defiende Sócrates de las acusaciones? ¿Cuáles son sus argumentos?

3.      ¿A qué se refiere Sócrates al afirmar: ‘Solo sé que nada sé’? ¿Cómo podría aplicarse esa afirmación en un contexto educativo?

4.      ¿Qué plantea Sócrates con la sentencia délfica ‘Conócete a ti mismo’? ¿Cómo es posible y con qué fin habría que ‘conocerse a sí mismo?

 

Para acceder a la guía completa: aquí.


Temas relacionados:

Síntesis de la Apología de Sócrates de Platón

La cuestión socrática: ¿Qué sabemos realmente acerca del pensamiento de Sócrates?

7.8.21

Nos da miedo pensar

Bertrand Russell

No siempre estamos dispuestos a aceptar las consecuencias en nosotros y en los demás, del ejercicio de pensar. Tarde que temprano, el pensamiento termina cuestionando la moral establecida y los límites del poder. El texto del filósofo inglés (1872-1970) es una vehemente defensa del pensamiento crítico, tan mentado pero tan escaso en nuestros días. 

El ser humano teme al pensamiento más de lo que teme al cualquier otra cosa del mundo; más que a la ruina, incluso más que la muerte. El pensamiento es subversivo y revolucionario, destructivo y terrible. El pensamiento es despiadado con los privilegio, las instituciones establecidas y las costumbre cómodas; el pensamiento es anárquico y fuera de la ley, indiferente a la autoridad, descuidado con la sabiduría del pasado.

Pero si el pensamiento ha de ser posesión de muchos, no el privilegio de unos cuantos, tenemos que habérnoslas con el miedo. Es el miedo el que detiene al ser humano, miedo de que sus creencias entrañables no vayan a resultar ilusiones, miedo de que las instituciones con las que vive no vayan a resultar dañinas, miedo de que ellos mismos no vaya a resultar menos dingos de respeto de lo que había supuesto.

¿Va a pensar libremente el trabajador sobre la propiedad? Entonces, ¿qué será de nosotros los ricos? ¿Van a pensar libremente los muchachos y las muchachas jóvenes sobre el sexo? Entonces, ¿qué será de la moralidad? ¿Van a pensar libremente los soldados sobre la guerra? Entonces, ¿qué será de la disciplina militar?

¡Fuera el pensamiento! ¿Volvamos a los fantasmas del prejuicio, no vayan a estar la propiedad, la moral y la guerra en peligro!

Es mejor que los seres humanos sean estúpidos, amorfos y tiránicos, antes de que sus pensamientos sean libres. Puesto que si sus pensamientos fueran libres, seguramente no pensarían como nosotros. Y este desastre debe evitarse a toda costa. Así arguyen los enemigos del pensamiento en las profundidades inconscientes de sus almas. Y así actúan en las iglesias, escuelas y universidades. 

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22.7.21

Lectura introductoria al Protágoras de Platón a partir del problema de la virtud (aréte)

Edgar Bravo M. 

Entre los diálogos de Platón, sobre todo los llamados diálogos socráticos, el Protágoras ocupa un lugar privilegiado. Aquí Platón expone, de manera amplia, diversas concepciones de Sócrates acerca de la educación, la cultura y la ética. Junto con la Apología y el Critón, el Protágoras nos da una visión de conjunto del pensamiento socrático.

 

Pero el mérito del Protágoras es más amplio. En cuanto a su estilo, goza de una perfección difícilmente igualada por ningún otro diálogo. La vivacidad de los personajes y la fluidez con que se desarrolla el diálogo mantienen, a lo largo del mismo la vitalidad, la elegancia y la claridad. En su extensión, también sobrepasa y con mucho, los demás diálogos socráticos. En cuanto a su contenido, Platón desarrolla temas muy socráticos, dejando de lado cualquier alusión a la Teoría de las Ideas. Por todo lo anterior, no resulta aventurado pensar que este diálogo fuera escrito en una época posterior a los primeros diálogos, no muy posterior quizá, y que tenía como fin aclarar y conservar las enseñanzas de su maestro.

 

En el Protágoras se encuentra una variada reflexión sobre la virtud; parte de esta reflexión se inicia ya en diálogos anteriores. Pero a diferencias de esos diálogos, en el Portágoras el análisis no se centra en una virtud particular, sino en todas las virtudes particulares en general, en sus relaciones entre sí y sus relaciones con la virtud toda. Además de estos temas, otros que estructuran el diálogo se refieren al debate, entre Sócrátes y Protágoras, sobre la posibilidad de enseñar la virtud, sobre la concepción de la virtud como saber y sobre la relación entre placer y saber.

 

El diálogo se abre precisamente examinando Sócrates las pretensiones de los sofistas de erigirse en maestros de la virtud política. El escenario es la casa de Calias, adonde asisten las personalidades intelectuales de la época: Pródico, Hipias, el joven Alcibíades, Protágoras, entre otros. Podemos imaginarnos el diálogo completo como un ejemplo típico de la polémica suscitada por los sofistas en la segunda mitad del siglo V a.C. en Grecia, en torno al problema de la educación, sobre todo enfocado a la vida política. En el diálogo, Platón contrapone la concepción ética de Sócrates con la paideia de los sofistas. El problema formulado es el siguiente: ¿puede la sabiduría del sofista engendrar en otros hombres la virtud para hacerlos buenos ciudadanos?, en otras palabras, ¿es la virtud enseñable?

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21.4.21

La distinción aristotélica entre los saberes teóricos, poiéticos y prácticos

Adela Cortina & Emilio Martínez Navarro.

Los saberes teóricos (del griego theorein: ver, contemplar) se ocupan de averiguar qué son las cosas, qué ocurre de hecho en el mundo y cuáles son las causas objetivas de los acontecimientos. Son saberes descriptivos: no muestran lo que hay, lo que es, lo que sucede. Las distintas ciencias de la naturaleza (Física, Química, Biología, Astronomía, etc.) son saberes teóricos en la medida en que lo que buscan es, sencillamente, mostrarnos cómo es el mundo. Aristóteles decía que los saberes teóricos versan sobre “lo que no puede ser de otra manera”, es decir, lo que es así porque así lo encontramos en el mundo, no porque lo haya dispuesto nuestra voluntad: el sol calienta, los animales respiran, el agua se evapora, las plantas crecen… todo eso es así y no lo podemos cambiar a capricho nuestro; podemos tratar de impedir que una cosa concreta sea calentada por el sol utilizando para ello cualesquiera medios que tengamos a nuestro alcance, pero que el sol caliente o no caliente no depende de nuestra voluntad: pertenece al tipo de cosas que “no pueden ser de otra manera”.   Seguir leyendo.

10.4.21

Acerca de la distinción entre ética y moral

Javier Sádaba

Antes de entrar en la estructura de la ética, no estará de más realizar alguna observación sobre las diferencias, si existen, entre las palabras ética y moral. Es un hecho que muchas veces las utilizamos como sinónimas (y así las utilizaré yo) de la misma manera que, de forma pedante, los personajes públicos suelen referirse a la ética de forma enfática como si fuera una moral solo que más profunda. Y esto más que aclarar confunde. Dejo sin entrar en detalle la etimología de ambos términos porque se trata de un tema enrevesado. Ética procede del griego y moral del latín. Por otro lado, en griego y solo con el cambio de una vocal ya no se dice lo mismo. Además, el significado de una palabra no es su etimología sino el uso que hagamos de ella en el lenguaje. En este sentido y trasladándonos a nuestros días, yo distinguiría tres usos para la ética. Uno es más antiguo y lo imponen dos grandes figuras de nuestra historia filosófica.  Seguir leyendo...

25.3.21

El valor de la filosofía

Bertrand Russell

Habiendo llegado al final de nuestro breve resumen de los problemas de la filosofía, bueno será considerar, para concluir, cuál es el valor de la filosofía y por qué debe ser estudiada. Es tanto más necesario considerar esta cuestión, ante el hecho de que muchos, bajo la influencia de la ciencia o de los negocios prácticos, se inclinan a dudar que la filosofía sea algo más que una ocupación inocente, pero frívola e inútil, con distinciones que se quiebran de puro sutiles y controversias sobre materias cuyo conocimiento es imposible.  

Esta opinión sobre la filosofía parece resultar, en parte, de una falsa concepción de los fines de la vida, y en parte de una falsa concepción de la especie de bienes que la filosofía se esfuerza en obtener. Las ciencias físicas, mediante sus invenciones, son útiles a innumerables personas que las ignoran totalmente: así, el estudio de las ciencias físicas no es sólo o principalmente recomendable por su efecto sobre el que las estudia, sino más bien por su efecto sobre los hombres en general. Esta utilidad no pertenece a la filosofía. Si el estudio de la filosofía tiene algún valor para los que no se dedican a ella, es sólo un efecto indirecto, por sus efectos sobre la vida de los que la estudian. Por consiguiente, en estos efectos hay que buscar primordialmente el valor de la filosofía, si es que en efecto lo tiene. 

5.3.21

Síntesis de la Apología de Sócrates, de Platón

Edgar Bravo M.                                                                                                                                                                            En la Apología se presenta la defensa de Sócrates en su propio juicio. A diferencia de otros diálogos platónicos, el contenido no gira en torno a la definición de ninguna palabra. Se trata de dar un testimonio de su vida como prueba de sus convicciones morales para desmentir a quienes lo acusan de ser impío, sofista y corruptor de los jóvenes. El compromiso cívico y militar con la ciudad y los valores democráticos como la justicia y la obediencia a las leyes que ella detenta está, para Sócrates, por encima de cualquier otra consideración política, social o personal.


De otra parte, su compromiso adquirido en el templo del Oráculo de Delfos reafirma su vocación ciudadana y lo lleva a “vivir filosofando, examinándome a mí mismo y a los demás” (Ap., 28 e).

    

Es precisamente esta misión, la de buscar siempre la sabiduría y la certeza de que nunca se debe cometer una injusticia, la que lleva a Sócrates durante el juicio a no tratar de evitar la pena de muerte: “Si sé que es malo y vergonzoso cometer injusticia y desobedecer al que es mejor, sea dios u hombre. En comparación con los males que sé que son males [cometer injusticia y desobedecer] jamás temeré ni evitaré lo que no sé si incluso es un bien [=la muerte]” (Ap. 29 b).

     

Así la defensa de Sócrates en la Apología resulta ser, por un lado, una reflexión sobre la vida y la muerte, y por otro lado, la postulación de un principio según el cual es preferible sufrir la muerte o cualquier injusticia antes que traicionar lo que resulta más valioso, la filosofía, la verdad y la justicia. 


Palabras clave: Juicio de Sócrates, Oráculo de Delfos, Justicia.      
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17.2.21

Síntesis del Critón de Platón

Edgar Bravo M.
Poco antes de su muerte y a propósito de ella, Sócrates examina si los principios que han conducido su vida son aún válidos en esta situación. En efecto se trata de revisar si todavía resulta aceptable obrar de acuerdo con el principio de que “jamás es bueno ni cometer injusticia, ni responder a la injusticia con injusticia, ni responder haciendo mal cuando se recibe el mal” (49 d) ...

Palabras clave: justicia, leyes.    Seguir leyendo: PDF

3.2.21

Síntesis del Hipias Mayor de Platón

Edgar Bravo M

En este diálogo se indaga por la belleza. Es decir, “por aquello que, bello en sí mismo, añadido a cualquier otra cosa – piedra, madera, hombre, dios, una acción o un conocimiento cualquiera – hace que esta sea bella (292 c-d). Las definiciones propuestas por Hipias resultan inválidas frente a los argumentos de Sócrates. Es así, por lo que no se puede afirmar, al menos en este diálogo, que la belleza se defina cono lo que es adecuado a cada cosa, o como lo que está en las cosas en razón de su utilidad. Tampoco podemos aceptar su identificación con el bien, ni con lo agradable. Así, entonces, lo único que resulta cierto en este diálogo es el proverbio que dice que “lo bello es difícil” (304 e).                           Seguir leyendo: PDF   Palabras clave: belleza, sofistas.

 

19.1.21

Síntesis del Hipias Menor de Platón

Edgar Bravo 

Cómo en otros diálogos del período de juventud de Platón, el Hipias Menor gira también en torno a una cuestión de carácter moral. ¿Quién es mejor, el hombre que sabiendo obrar bien obra mal voluntariamente o aquel, que siendo ignorante, a causa de ello, obra mal involuntariamente? La pregunta surge después de haber aceptado, a través de varios razonamientos, que el hombre experto en hacer bien una cosa, es también experto, si se lo propone, en hacerlo mal; en tanto que el hombre inexperto podría, por causalidad, sin proponérselo, hacerla bien.      Seguir leyendo: PDF


7.1.21

Síntesis del Ion de Platón

 Edgar Bravo M.                                                                                                                                             El tema que domina el Ion es la inspiración poética. Sin embargo, aparece también, y como oposición al anterior, el tema del conocimiento a través de la ciencia y las técnicas. Se trata de mostrar en este diálogo que el poeta debe su arte no a una técnica, sino a una especie de predisposición o don divino.                                                                                                                                                                                                                                                                                   Este don divino actúa como una fuerza en los poetas, los encanta y los llena de entusiasmo, haciendo que ellos a su vez, con sus palabras trasmitan ese entusiasmo a los espectadores. “De ahí, -dice Sócrates-, que todos los poetas épicos, los buenos, no es en virtud de una técnica por lo que dicen todos esos bellos poemas, sino porque están endiosados y posesos” (Ion, 533 e)...      Seguir leyendo.           Palabras clave: inspiración poética, poeta, ciencia.

10.12.20

Síntesis del Lisis de Platón

Edgar Bravo M.                                                                                                                                                                   El Lisis pregunta por el significado de la amistad. Como en todos los diálogos escritos por Platón en su primera época, al final del diálogo no se llega a ningún resultado preciso.

El Lisis nos va a mostrar, a través de un ejercicio dialéctico, la variedad de aspectos que en torno al tema de la amistad suscita la discusión de Sócrates con los jóvenes atenienses. En primer lugar, hay que determinar quién es amigo de quién. En el caso de los amantes, después de examinar la cuestión, la reciprocidad no parece posible. Sócrates se justifica en que “quizás se deba a que no buscamos bien”.                                                                                                                                                                                                                                                                                    Palabras clave: Sócrates, amistad, amor, deseo.  Seguir leyendo: PDF


20.11.20

El universo geométrico en la Filosofía Griega. Fragmentos

Las matemáticas y la armonía en Pitágoras

Pitágoras. (sg. VI a.c.) 

Fragmento 277. (Kirk & Raven. Los filósofos presocráticos).

¿Qué es lo más hermoso? La Harmonía. ¿Qué es los más poderoso? El conocimiento. ¿Qué es lo mejor? La felicidad.  

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27.10.20

Felicidad y virtud

Leandro Sánchez Marín

La ética de Aristóteles esta centrada en la noción de virtud, que en griego se decía arete haciendo alusión a la excelencia. La felicidad, que traduce el término griego de eudemonia, es el resultado de la práctica continua de la virtud. En este fragmento se presenta la noción de virtud entendida como término medio

"Aristóteles consideraba que los hombres tienden por naturaleza a la consecución del bien supremo. A este bien supremo se la ha designado comúnmente con el nombre de eudemonia, palabra que se ha emparentado a felicidad. La doctrina aristotélica sobre la virtud tiene como centro de sus consideraciones este concepto, el cual está enmarcado en el vivir y el obrar bien. Aristóteles sugiere que actual y vivir bien no pueden ser ejercicios pasajeros, sino que debe ser revitalizados una y otra vez para poder ser considerados de acuerdo con la virtud, también plantea que existen disposiciones que podría bloquear estas capacidades humanas."      Seguir leyendo...


2.10.20

Síntesis del Eutifrón de Platón

Edgar Bravo M.                                                                                                                                                                          El Eutifrón trata de la piedad. El tema se relaciona con la acusación hecha a Sócrates por Meleto en la Apología. Ahora se trata de decir en qué consiste la piedad, de descubrir su esencia. En toda acción piadosa hay algo que en sí mismo tiene “un solo carácter” (Eut., 6 d), y debemos averiguar en qué consiste ese carácter, y luego servirnos de él “como medida” (ib.) para determinar cuando un acto es piadoso o no.                                                                                                 Palabras clave: Sócrates, piedad, dioses.    Seguir leyendoPDF

15.9.20

Síntesis del Laques de Platón

                                 
Edgar Bravo M.                                                                                                                                                                           En el Laques se trata en principio el problema de la educación. En primer lugar, hay que preguntar en qué consiste la virtud, puesto que sin este saber no podríamos ser educadores. Para que sea más viable la indagación, sugiere Sócrates comenzar indagando por una de sus partes: el valor. Laques ensaya una definición según la cual el valor consiste en no huir y resistir al enemigo en la batalla. Según Sócrates tal respuesta no es completamente válida porque muchos que son valientes, por ejemplo, los escitas, combaten huyendo. Por otro lado, existen también otras clases de valentía, la de los marineros en el mar, la de los enfermos, la de los que enfrentan los placeres, las pasiones, los temores, etc., unas veces huyéndoles y otras, resistiéndoles...                                                                                                                                    Palabras clave: valor, saber, virtud.    Seguir leyendoPDF