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12.4.22

La utilidad del análisis de textos filosóficos para el desarrollo del pensamiento crítico

Edgar Bravo M.                                                                                                   
El estudio de textos filosóficos contribuye al desarrollo del pensamiento crítico al poner en contacto al lector con los autores que, desde la filosofía, han desarrollado una manera crítica de ver el mundo.  Se señalan aquí algunas razones a favor de ese propósito. Al final se ofrece, a modo de ejercicio, la lectura de un fragmento filosófico acompañado de unas preguntas para su comprensión.                                                                           El análisis de textos filosóficos para el desarrollo del pensamiento crítico evidencia su valor pedagógico a partir de los procesos de lectura y escritura, en la medida en que ofrece la posibilidad de aprender a ‘leer’ y ‘escribir’ al modo de quienes han aprendido a pensar de manera profunda y crítica. Como dice Descartes (2010: 36): “La lectura de todos los buenos libros es como una conversación con los mejores ingenios de los pasados siglos, que los han compuesto, y hasta una conversación estudiada en la que no nos descubren sino lo más selecto de sus pensamientos”.

Esa ‘conversación estudiada’ a la que se refiere el filósofo moderno nos introduce nos introduce al saber filosófico y nos posibilita filosofar, esto es, pensar de manera crítica.

Al leer de manera filosófica aprendemos a desentrañar el sentido profundo del texto, a ir más allá del significado superficial del texto, a leer entre líneas, a des-cubrir la fuerza y la riqueza transformadora de las ideas filosóficas.

Esta manera filosófica de acceder a la filosofía misma es también una fuente de autoconocimiento puesto que el contacto con los problemas filosóficos, las ideas críticas y las posiciones razonadas, cuestiona nuestras creencias, convicciones, deseos e ideas, en últimas, nuestro ser íntimo. En esto radica, el papel transformador -y no solo informador- de la lectura crítica: en que algo nos pase, en que no seamos los mismos después de leer un texto filosófico (Larrosa, 1996).

Para acceder al texto completo: aquí.


23.11.21

Pautas metodológicas para la elaboración de un comentario de texto

Edgar Bravo M. 

El comentario es un ejercicio de análisis textual a través del cual se muestra el sentido de un texto. No se trata de hacer una paráfrasis del texto, de repetir simplemente en otras palabras lo que dice el autor. En el comentario se trata de penetrar el sentido profundo del texto mostrando la articulación del mismo alrededor de una idea central. Para ello es necesario tener claro el tema de que trata, los cuestionamientos que suscita, el problema al que trata de responder, así como los conceptos y las ideas centrales alrededor de las cuales se articula.

El desarrollo del comentario de texto se realiza a través de una estrategia que implica tres momentos: la lectura previa, la elaboración de la estructura del comentario y la escritura del comentario. Antes de describir cada uno de estos pasos, conviene tener muy presentes los siguientes principios metodológicos.

Principios metodológicos

Leer bien y mucho. Leer supone profundizar en el texto para encontrar su sentido. De ahí que tanto la lectura como la elaboración del comentario no son frutos de la improvisación. En realidad, solo comenzamos a comprender un texto cuando hacemos una relectura del mismo. Para adquirir buenos hábitos de lectura hay que leer mucho y de manera comprensiva.

Enfocar la atención en el texto. Sin una atención, disposición abierta hacia el texto, solo captamos información fragmentaria y descontextualizada. Para captar lo esencial del texto es necesario enfocarse en todos los planteamientos del texto. Leer de manera comprensiva es una actividad del espíritu que requiere concentración sobre cada una de las partes de texto; solo así el texto nos revela su sentido unitario.

Confiar en el texto. Captar el verdadero sentido del texto implica esclarecer su organización conceptual, lo cual requiere tiempo y esfuerzo. Confiar en el texto implica no ceder ante la dificultad, ni optar por la superficialidad; sino, por el contrario, perseverar en el esfuerzo para superar las posibles dificultades hasta llegar a su comprensión.

Establecer una estrategia de trabajo. El comentario exige un modo de proceder ordenado que permita esclarecer las ideas principales, los núcleos semánticos y la organización conceptual, que articulan el texto. Por lo tanto, de una estrategia o modo de proceder organizado.

Para acceder a  la guía completa: aquí.


28.5.11

Todo lo que debería preguntarse para escribir un ensayo

Edgar Bravo M.

“Celebro y acaricio la verdad cualquiera que sea la mano que la detente, y a ella me entrego alegremente y le tiendo mis armas vencidas, en cuanto la veo acercarse a lo lejos. Y con tal de que no procedan con ceño demasiado imperioso y sentencioso, acepto las críticas que hacen a mis escritos”. Así decía Michel de Montaigne (1533-1592) al referirse a las posibles críticas a sus ensayos. Ese género, nacido en pleno Renacimiento, cuya paternidad ha sido atribuida al filósofo francés, ha tenido en nuestra época su mayor apogeo. Difícil de definir, pero fiel a su tradición, conviene recordar que en el ensayo la actividad intelectual no corre al margen del conocimiento de sí mismo, ni de la propia subjetividad. Las pautas y preguntas que en seguida se proponen esperan ser una guía para reflexionar sobre sí mismo a través de la indagación intelectual de un tema que supone el acto de escritura. Despojar al ensayo del rigor de la subjetividad supone convertirlo en una fórmula, un mero conjunto de procedimientos.                  Leer más: PDF.



24.9.10

Cómo escribir un texto filosófico en 7 pasos...

Por Edgar Bravo
Las pautas que se señalan en seguida orientan la escritura de un texto filosófico. Plantear un problema, mostrar sus posibles respuestas y explicitar nuestro punto vista justificado, son las partes que, bien articuladas, constituyen un buen texto filosófico. Si bien no existe una única manera de escribir un texto filosófico, si existen maneras que, bien atendidas, nos permiten comunicar de manera organizada y bien estructurada nuestro punto de vista sobre determinado tema o problema.
A este punto conviene aclarar la distinción entre escribir sobre filosofía y escribir filosóficamente. Escribir sobre filosofía no supone necesariamente escribir filosóficamente. Escribir un texto acerca de un filósofo o de tema filosófico no implica necesariamente que la naturaleza de este sea filosófica. Al revés. Puedo escribir un texto filosófico sin que ello implique citar a algún filósofo o hablar de temas propiamente filosóficos. En términos generales, podemos afirmar que las características que encontramos en los textos clásicos de la filosofía evidencian un carácter analítico, interpretativo, argumentativo, crítico y propositivo. Lo mismo aplica para la lectura; una cosa es leer sobre filosofía y otra leer filosóficamente. Sin ahondar más en la cuestión, el lector encuentra en lo que sigue las pautas que le permiten escribir filosóficamente.
I. Plantear un problema.
1. Explicitar. Para ello podemos partir de una tesis (‘la vida no tiene sentido’), un hecho (‘el aborto de una joven adolescente’), un problema (‘¿Cuáles son los límites del conocimiento?’), un concepto (‘¿en qué consiste la felicidad?’).[1]
2. Contextualizar. ¿En dónde nos vamos a situar para abordar el problema?, es decir, una vez explicitado el qué en el punto anterior, ahora se trata de situar al lector en el contexto desde el cual se va a plantear el tema a desarrollar, lo que implica precisar el cuándo, dónde, cómo y quién.
3. Justificar. Determinado sobre qué vamos a escribir, vamos a justificar la importancia del tema escogido, qué buscamos mostrar, qué nos aporta a nosotros o a otras personas, para qué vamos a pensar filosóficamente sobre él.
4. Analizar e interpretar. Se trata de identificar los términos o conceptos claves para mostrar sus diversos sentidos y la manera cómo se desarrollan entre sí dichos términos. Estas actividades nos van descubriendo la magnitud del problema, su riqueza y complejidad. De esta manera también nos permitirá acotar y limitar el sentido de nuestro escrito ya que iremos seleccionando aquellos que nos interesa desarrollar y descartar los demás. Dicho proceso se explicita en este punto, esto es, se señala no sólo los límites del problema, sino también qué no se va a considerar del mismo.
II. Posibles respuestas
5. Responder. En general, sobre cada tema existen diversas opciones de respuesta, más o menos establecidas, tesis a favor o en contra de un hecho o problema planteado (por ej. Respecto al hecho del aborto, se plantean dos opciones, ‘legalizar el derecho a abortar o no hacerlo’); tesis que reflejan un carácter optimista o pesimista frente a una situación (por ej. ‘es posible establecer unos límites al conocimiento o, lo contrario, no es posible’); diversas respuestas sobre un concepto (‘la felicidad es equivalente al placer’ o ‘la felicidad se refiere al bienestar material o espiritual’). Cada tesis necesariamente estará justificada, por lo menos, con un argumento relevante.
III. Nuestro punto de vista justificado
6. Asumir una posición. Aquí asumimos partido por un punto de vista concreto; y hacemos también las precisiones del caso, en el sentido de matizar nuestro punto de vista, pues podemos hacer algunas salvedades para aclara mejor nuestra posición.
7. Justificar nuestra posición. Lo que le da validez a nuestro punto de vista es la justificación que hacemos de él. Ninguna justificación es válida por el solo hecho de enunciarla; son los argumentos los que justifican nuestro punto de vista. En este punto, podemos también adelantarnos a las objeciones que nos pueden hacer y responderlas.


[1] SUAREZ DÍAS, Reinaldo, VILLAMIZAR LUNA, Constanza, El mundo de la filosofía, México: Trillas, 2002, p.59-60

31.8.09

La división de poder

Por J. L. Gonzáles-Berenguer
La evidencia de que el poder tiende a ser ilimitado es algo que la historia. viene constatando repetidamente, junto con la también evidencia de que las situaciones de crisis de poder son catastróficas para los pueblos. Se sigue de aquí la conveniencia de encontrar una formulación intermedia entre la situación de poder ilimitadamente ejercida y la situación de vacío de poder. Esta situación intermedia en la que el poder frena al poder es lo que genéricamente se conoce por división de poderes, división que ya conocieron los clásicos griegos, como lo demuestran las constituciones de Esparta y Atenas y la propia obra aristotélica...

Preguntas para el análisis del texto:
1. ¿Con qué argumentos se justifica la división de poderes en el Estado?
2. ¿En qué consiste y qué consecuencias se derivan del “vacío de poder”?
3. ¿Cuáles son los riesgos del poder ilimitado por parte del gobernante?
4. ¿Qué garantías genera el sistema de libertades en la división de poderes en la Inglaterra posterior a la revolución de 1649, y en la Francia después de la Revolución de 1789?
5. Explique la relación entre poder y libertad.
6. En qué consiste la diferenciación entre ‘tenencia de libertad’ y ‘disfrute de libertades’ propuesta por el filósofo Julián Marias?
7. Describa la concepción clásica de la división de poderes propuesta por Montesquieu y Locke?
8. Explique de qué manera se resignifica la división clásica de poderes en el contexto del Estado contemporáneo (intervencionismo estatal).
9. ¿Analice la relación entre la nociones de ‘división de poderes’ y la de ‘coparticipación del poder’, definiendo en primer lugar a qué hace referencia cada una?
10. ¿De qué manera la coparticipación de poderes permite el equilibrio de poderes en el Estado y de cómo puede hacerse efectiva?
11. Sintetice en un párrafo la tesis principal que propone el texto.

15.5.09

DESCARTES – ANÁLISIS DE TEXTOS IV: Conclusión general con respecto a los tres argumentos sentidos, el sueño y el dios engañador

De las tres hipótesis propuestas en la primera meditación metafísica, Descartes propone, al final de la misma, la siguiente conclusión:

“De todas las opiniones a las que había dado crédito en otro tiempo como verdaderas, no hay una sola de la que no pueda dudar ahora, y ello no por descuido o ligereza, sino en virtud de argumentos muy fuertes y maduramente meditados; de tal suerte que, en adelante, debo suspender mi juicio acerca de dichos pensamientos, y no concederles más crédito del que daría a cosas manifiestamente falsas, si es que quiero hallar algo constante y seguro en las ciencias. Pero no basta con haber hecho esas observaciones, sino que debo procurar recordarlas, pues aquellas viejas y ordinarias opiniones vuelven con frecuencia a invadir mis pensamientos, arrogándose sobre mi espíritu el derecho de ocupación que les confiere el largo y familiar uso que han hecho de él, de modo que, aun sin mi permiso, son ya casi dueñas de mis creencias.”

Preguntas para el análisis:

1. Señale a qué opiniones se refiere Descartes al afirmar: “las opiniones a las que había dado crédito en otro tiempo como verdaderas

2. Enumere, sin desarrollar, los argumentos a los que se refiere la expresión: “argumentos muy fuertes y maduramente meditados.”

3. ¿Qué quiere decir la expresión “suspender mi juicio acerca de dichos pensamientos.?

4. Resuma en sus propias palabras el sentido de la expresión: “Pero no basta con haber hecho esas observaciones, sino que debo procurar recordarlas, pues aquellas viejas y ordinarias opiniones vuelven con frecuencia a invadir mis pensamientos, arrogándose sobre mi espíritu el derecho de ocupación que les confiere el largo y familiar uso que han hecho de él, de modo que, aun sin mi permiso, son ya casi dueñas de mis creencias.”

5. ¿Qué se puede afirmar, desde la perspectiva de Descartes, respecto a la pregunta inicial sobre si es posible dudar de todo?