9.12.16

¿Cuál es el valor de la filosofía?

Séneca

Alguien podrá decir: ¿De qué me sirve la filosofía, si existe algo como el destino? ¿Para qué,  si es un dios el que gobierna, si todo está sometido al azar? Pues no podemos modificar lo que ya está fijado de antemano, ni hacer nada contra lo imprevisible; porque, o el dios se anticipó a mi decisión y determinó lo que habría que hacer, o la suerte cierra toda posibilidad de juego a mi libre decisión. En cualquiera de estos casos, o aunque esas hipótesis fueran ciertas, debemos acudir a la filosofía: sea que el destino nos tenga cogidos en una red de la que no podamos escapar, o que un dios, árbitro del Universo, lo haya decidido todo, o que el azar empuje y agite sin orden los asuntos humanos, la filosofía está para protegernos. Nos dirá que obedezcamos al dios de buen grado, que resistamos duramente a la fortuna. Te enseñará como seguir al dios, como sobrellevar el destino. 

Carta XVI a Lucilo

12.9.16

El papel esclarecedor de la Filosofía

Ludwig Wittgenstein

El filósofo austriaco (1889-1951) presenta en su obra el Tratactus Logico-Philosophicus cuál debe ser la función de la filosofía. Presentamos aquí algunos apartes.

4.112. El objeto de la filosofía es la aclaración lógica de los pensamientos. La filosofía no es una teoría sino una actividad. Una obra filosófica consiste esencialmente en elucidaciones. El resultado de la filosofía no son proposiciones filosóficas sino el hacer claras las proposiciones. La filosofía debe esclarecer y delimitar con precisión los pensamientos que de otro modo sería, por así decirlo, opacos y confusos. 

4.1121. La teoría del conocimiento es la psicología de la filosofía. 

14.6.16

Las preguntas esenciales de la filosofía

Immanuel Kant

El campo de la filosofía puede reducirse a las siguientes preguntas: ¿Qué puedo saber? ¿Qué debo hacer? ¿Qué me está permitido esperar? y ¿Qué es el hombre? A la primera pregunta responde la Metafísica, a la segunda, la Moral; a la tercera, la Religión, y a la cuarta, la Antropología. Pero, en el fondo, se podría considerar todo ello como perteneciente a la Antropología, pues las tres primeras preguntas se refieren a la última.

Crítica de la razón pura, 1787

26.3.16

Una caña pensante

Blaise Pascal

El hombre no es más que una caña, la más débil de la naturaleza; pero es una caña pensante. No es necesario que todo el universo se arme para destrozarlo: un vapor, una gota de agua es suficiente para matarlo. Pero aunque el universo lo destrozase, el hombre sería aún más noble que el que lo mata, porque sabe que muere y sabe la superioridad del universo sobre él; en cambio, el universo no sabe nada de ello. Toda nuestra dignidad consiste, pues, en el pensamiento. Es con éste como debemos ennoblecernos, y no con el espacio y el tiempo que podamos ocupar.

Pensamientos