9.11.10

Cómo citar artículos y archivos de Internet y sitios web

La siguiente información acerca de cómo hacer una cita de artículos electrónicos tales como sitios web, archivos disponibles por FTP (Download, Upload y Server), o mensajes de E-mail, ilustra de manera clara y concisa, la forma de hacerlo.


Componentes basicos para realizar una cita de referencia de documentos:

Apellido del autor, Nombre del autor. "Titulo del documento" Titulo del trabajo completo (si es aplicable). Versión o nombre de archivo (si es aplicable). Fecha del documento o de su última actualización (si es diferente de la fecha de acceso). Protocolo y dirección, ruta de acceso o directorio (fecha de acceso)

A continuación algunos ejemplos de citas

Sitios WEB

Barretto, Margarita. "Paradigmas Actuales de la Museología" 03 junio, 1998. http://www.naya.org.ar/articulos/museologia01.htm (01 abril 1999)

Archivos disponibles por FTP

Vitry, Christian. "Sitios arqueológicos de alta montaña, un patrimonio amenazado". 1er Congreso Virtual de Antropología y Arqueología.Octubre 1998. ftp://ftp.naya.org.ar/congreso/ponencia3-9.txt (01 abril 1999)

Mensajes de E-mail

Cherobim, Mauro. "Re: (ANT-ARQ) Mesa Politicas sociales--Comentario a ponencia 2.2" mcherobim@sti.com.br (28 Oct 1998).

30.10.10

¿Aprender filosofía o aprender a filosofar? Reflexiones en torno a la naturaleza de la enseñanza de la filosofía

Edgar Bravo M.                                                                                                                                      El texto aborda la cuestión de la naturaleza de la enseñanza de la filosofía en tanto que problema filosófico. Para ello, parte de la distinción entre aprender filosofía o aprender a filosofar. En la medida en que se desarrolla esta cuestión, se plantean algunos rasgos que caracterizarían el quehacer filosófico y los textos filosóficos, destacando, el papel fundamental que juegan las preguntas filosóficas. Este ensayo pretende aportar ideas al debate sobre la cuestión de la enseñanza de la filosofía.    Texto completoPDF  

Palabras clave: educación, filosofar, filosofía, enseñanza, preguntas filosóficas. 
                                                                                                                                                      


24.9.10

Cómo escribir un texto filosófico en 7 pasos...

Por Edgar Bravo
Las pautas que se señalan en seguida orientan la escritura de un texto filosófico. Plantear un problema, mostrar sus posibles respuestas y explicitar nuestro punto vista justificado, son las partes que, bien articuladas, constituyen un buen texto filosófico. Si bien no existe una única manera de escribir un texto filosófico, si existen maneras que, bien atendidas, nos permiten comunicar de manera organizada y bien estructurada nuestro punto de vista sobre determinado tema o problema.
A este punto conviene aclarar la distinción entre escribir sobre filosofía y escribir filosóficamente. Escribir sobre filosofía no supone necesariamente escribir filosóficamente. Escribir un texto acerca de un filósofo o de tema filosófico no implica necesariamente que la naturaleza de este sea filosófica. Al revés. Puedo escribir un texto filosófico sin que ello implique citar a algún filósofo o hablar de temas propiamente filosóficos. En términos generales, podemos afirmar que las características que encontramos en los textos clásicos de la filosofía evidencian un carácter analítico, interpretativo, argumentativo, crítico y propositivo. Lo mismo aplica para la lectura; una cosa es leer sobre filosofía y otra leer filosóficamente. Sin ahondar más en la cuestión, el lector encuentra en lo que sigue las pautas que le permiten escribir filosóficamente.
I. Plantear un problema.
1. Explicitar. Para ello podemos partir de una tesis (‘la vida no tiene sentido’), un hecho (‘el aborto de una joven adolescente’), un problema (‘¿Cuáles son los límites del conocimiento?’), un concepto (‘¿en qué consiste la felicidad?’).[1]
2. Contextualizar. ¿En dónde nos vamos a situar para abordar el problema?, es decir, una vez explicitado el qué en el punto anterior, ahora se trata de situar al lector en el contexto desde el cual se va a plantear el tema a desarrollar, lo que implica precisar el cuándo, dónde, cómo y quién.
3. Justificar. Determinado sobre qué vamos a escribir, vamos a justificar la importancia del tema escogido, qué buscamos mostrar, qué nos aporta a nosotros o a otras personas, para qué vamos a pensar filosóficamente sobre él.
4. Analizar e interpretar. Se trata de identificar los términos o conceptos claves para mostrar sus diversos sentidos y la manera cómo se desarrollan entre sí dichos términos. Estas actividades nos van descubriendo la magnitud del problema, su riqueza y complejidad. De esta manera también nos permitirá acotar y limitar el sentido de nuestro escrito ya que iremos seleccionando aquellos que nos interesa desarrollar y descartar los demás. Dicho proceso se explicita en este punto, esto es, se señala no sólo los límites del problema, sino también qué no se va a considerar del mismo.
II. Posibles respuestas
5. Responder. En general, sobre cada tema existen diversas opciones de respuesta, más o menos establecidas, tesis a favor o en contra de un hecho o problema planteado (por ej. Respecto al hecho del aborto, se plantean dos opciones, ‘legalizar el derecho a abortar o no hacerlo’); tesis que reflejan un carácter optimista o pesimista frente a una situación (por ej. ‘es posible establecer unos límites al conocimiento o, lo contrario, no es posible’); diversas respuestas sobre un concepto (‘la felicidad es equivalente al placer’ o ‘la felicidad se refiere al bienestar material o espiritual’). Cada tesis necesariamente estará justificada, por lo menos, con un argumento relevante.
III. Nuestro punto de vista justificado
6. Asumir una posición. Aquí asumimos partido por un punto de vista concreto; y hacemos también las precisiones del caso, en el sentido de matizar nuestro punto de vista, pues podemos hacer algunas salvedades para aclara mejor nuestra posición.
7. Justificar nuestra posición. Lo que le da validez a nuestro punto de vista es la justificación que hacemos de él. Ninguna justificación es válida por el solo hecho de enunciarla; son los argumentos los que justifican nuestro punto de vista. En este punto, podemos también adelantarnos a las objeciones que nos pueden hacer y responderlas.


[1] SUAREZ DÍAS, Reinaldo, VILLAMIZAR LUNA, Constanza, El mundo de la filosofía, México: Trillas, 2002, p.59-60

1.8.10

Un poco de humor

Por esas cosas de la vida, difícilmente Dios podría cumplir con los requisitos mínimos, que exige la comunidad académica, para aspirar a dictar una cátedra en la Universidad. Veamos.

1) Sólo tiene una publicacion importante.
2) Está escrita en hebreo.
3) No tiene referencias.
4) Y además, hay quien duda que el fuese el autor.
5) Sí, es posible que crease el universo, pero no ha publicado los resultados.
6) Los científicos han tenido problemas para confirmar experimentalmente la creación.
7) Resulta complicado trabajar con él.

9.7.10

Y dejaron de escribir...

Por Augusto Monterroso

¿Por qué dejar de escribir? Quizá demasiado imbuidos de sí mismos, demasiado obsesionados con el oficio de escribir, algunos escritores se retiraron de la escritura y se dedicaron a otra cosa. Esto es lo que nos cuenta el escritor guatemalteco Augusto Monterroso (1921-2003), conocido, entre otras cosas, por sus cuentos cortos.

Un periodista local preguntaba por qué un escritor deja de escribir. Bueno, es una tentación diaria; pero no creo que nadie lo sepa, y tal vez ni él mismo. De cualquier manera me vinieron a la memoria, como siempre, los tres casos clásicos de gente que lo ha hecho: Shakespeare, cambiando el teatro por los negocios; Rossini, abandonando la ópera por la repostería y Rimbaud renunciando a la poesía para terminar en el tráfico de armas, tal vez el trueque más respetable de los tres y más afín con lo que se hacía antes (los poetas y los escritores en general se disparan unos a otros con lo que pueden: cuando las palabras no le bastaron, Verlaine le pegó un tiro a Rimbaud). Hay que añadir que los tres dejaron su arte en pleno éxito y que en todo caso para ellos eso significaba una liberación. Lo imposible es tener claro si abandonar este oficio [...] significa una derrota o una victoria sobre sí mismo.

13.4.10

Los mapas conceptuales como herramienta de aprendizaje para el desarrollo de las competencias de análisis, argumentación e interpretación

                                

Edgar Bravo
La elaboración de mapas conceptuales es una estrategia de aprendizaje para la comprensión de una teoría o problema, al mostrar mediante un organizador gráfico, la manera como se articulan los conceptos principales y secundarios que lo lo componen. En este texto se muestra el uso de mapas conceptuales como estrategia de aprendizaje para el desarrollo de las competencias de análisis, argumentación e interpretación.

 El mapa conceptual (MC) es un tipo de organizador gráfico que muestra los conceptos principales y secundarios que se articulan alrededor de un tema y el tipo de relaciones que estos que forman entre sí. De esta manera, la construcción de un mapa conceptual pone en evidencia la estructura interna de un tema a partir de las relaciones lógicas que se organizan en torno a los conceptos o términos clave. El tema sobre el cual se elabora el mapa conceptual puede corresponder, en principio, a la lectura de un texto o a una temática desarrollada en clase.

 La construcción de un mapa conceptual pone en juego diversas competencias que contribuyen a ganar claridad conceptual y, por tanto, a mejorar la comprensión del tema. Las competencias que desarrolla un mapa conceptual principalmente son las de análisis, argumentación e interpretación. Examinamos a continuación cada una.

Para acceder al texto completo: aquí j

Temas relacionados:

Cómo elaborar un mapa conceptual en 10 pasos. Incluye criterios de evaluación


23.2.10

El problema de lo feo. Selección de textos

Una bella representación de lo feo
Umberto Eco. Historia de la belleza.

Todas las culturas, además de una concepción propia de lo bello, han tenido siempre una idea propia de lo feo, aunque a partir de los hallazgos arqueológicos normalmente es difícil de establecer si lo que está representado realmente era considerado feo: a los ojos de un occidental contemporáneo ciertos fetiches o ciertas máscaras de otras civilizaciones parecen representar seres horribles y deformes, mientras que para los nativos pueden o podían ser representaciones de valores positivos...  Seguir leyendo.