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18.11.23

El Chat GPT y el riesgo de renunciar al pensamiento

Por Edgar Bravo M.

La emergencia de nuevas tecnologías de la Inteligencia Artificial como el ChatGPT evidencia, por un lado, sus enormes beneficios, pero, por otro, plantea interrogantes relacionados con la manera en que puede afectar nuestra capacidad de pensar. ¿Estamos ante el riesgo de renunciar al pensamiento en aras de la comodidad? ¿Es preferible con estas tecnologías renunciar a la responsabilidad que implica pensar? No es la primera vez que, ante el surgimiento de nuevas tecnologías, se planteen diversos interrogantes sobre sus posibles efectos no esperados. Este ensayo indaga sobre tales aspectos e intenta mostrar los posibles efectos de renunciar al pensamiento crítico en aras de la comodidad.

Difícil sustraerse, en los tiempos que corren, al impacto de las nuevas tecnologías de inteligencia artificial (IA). Según un informe de Open AI, la empresa creadora del Chat GPT, la implementación de la IA puede afectar hasta un 80% del mercado laboral en Estados Unidos. De esa afectación tampoco se salva la educación.  En este ensayo me interesa abordar los efectos que, en el campo de la educación, y en particular, en la capacidad de pensar puede traer la implementación de dicha tecnología. 

Las inteligencias artificiales ofrecen la posibilidad de ahorrar tiempo y esfuerzo a la hora de realizar tareas académicas tales como elaborar resúmenes, talleres, análisis de textos, ensayos, entre muchas otras. Basta con darle unas indicaciones y el Chat GPT se encarga de hacer la tarea. El riesgo de ceder ante tales tentaciones y ahorrarse el esfuerzo de pensar resulta atractivo para más de un usuario

No es la primera vez que la humanidad se siente amenazada por la aparición de nuevas tecnologías. En la Grecia Antigua, Platón comparaba la invención de la escritura con un fármaco: como un remedio para la memoria y la sabiduría. Y como todo fármaco -del griego phármakon: veneno, hechizo- bien administrado es un remedio que cura y mal administrado, uno que mata, pues, continúa el filósofo, descuidar la memoria, producirá olvido en quienes la aprendan y se harán difíciles de tratar, pues habiendo oído muchas cosas sin aprenderlas, han acabado por convertirse en sabios aparentes, en lugar de sabios verdaderos. 

13.8.23

El Diario de clase

Por Edgar Bravo M.

El diario de clase docente es una herramienta y estrategia en la que a través del texto escrito (u de otro formato) el docente narra aquello que le interesa resaltar de lo que sucede en el aula de clase. El diario de clase tiene una doble dimensión que recoge tanto lo objetivo-descriptivo como lo personal-subjetivo. El diario de clase contribuye de manera esencial al desarrollo de la competencia del pensamiento reflexivo de los docentes. Que sea un diario no implica que deba ser una actividad diaria. El diario de clase puede cumplir varios propósitos, desde un "espacio de catarsis" para descargar las tensiones del día hasta un instrumento analítico en recoge las observaciones y experiencias del docente en el aula de clase para reflexionar y mejorar sus prácticas docentes. Dicho ejercicio narrativo y reflexivo puede transformarse en un conocimiento sobre sí mismo, sobre los estudiantes, sobre las interacciones humanas, sobre la implementación de estrategias, sobre los patrones y tendencias dadas en el aula, en fin, sobre la experiencia de ser docente, lo cual permite afianzar nuestra fortalezas y asumir las debilidades, ofreciéndonos la posibilidad de conocernos mejor, transformar nuestras prácticas y cualificar las competencias profesionales docentes. La siguiente infografía presenta un "círculo de mejora" a partir de la elaboración de un diario de clase.

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25.5.22

La relevancia de las teorías del aprendizaje en las prácticas pedagógicas

 

Edgar Bravo M.

El objetivo de ensayo es mostrar la importancia de la reflexión teórica y, en particular, de las teorías del aprendizaje para las prácticas pedagógicas.  Para tal efecto consideramos tres de las teorías del aprendizaje más presentes en las prácticas pedagógicas actuales: el conductismo, el cognitivismo y el constructivismo.

Quizá la principal novedad de la educación en la actualidad se refiere al cambio del paradigma en cuanto al papel del estudiante en el proceso educativo. Hemos pasado de una educación centrada en el rol del docente como trasmisor de conocimientos a otra centrada en el estudiante como el protagonista de su propio aprendizaje. El papel activo del estudiante ha puesto el foco, por un lado, en la manera como los estudiantes aprenden, esto es, en las teorías del aprendizaje y, por otro lado, en la educación basada en el desarrollo de competencias.

En la actualidad, gracias a la educación por competencias las expectativas del aprendizaje no solo están puestas en la enseñanza de los contenidos sino también en el desarrollo por parte del estudiante de ciertas  competencias con todo lo que ella implica: conocimientos, capacidades, habilidades, destrezas y actitudes.[1]

 Desde la perspectiva del docente las preguntas que se hace ya no solo deberían estar centradas en los contenidos sino también en las maneras de enseñarlos y en las maneras como los estudiantes aprenden. En otras palabras es decir que el aprendizaje no solo depende del dominio del campo disciplinar que enseña el docente, sino también de la manera como propicia el aprendizaje de los estudiantes.  De ahí la importancia de que el docente conceptualice y reflexione sobre las prácticas pedagógicas que cualifican el quehacer docente y, por tanto, lo profesionalizan. 

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11.5.22

El horizonte político en Sócrates y Platón

Edgar Bravo M.

   A pesar de haber compartido en buena parte la misma época, de que compartían las mismas ideas respecto a la posibilidad del conocimiento o respecto a la justica, encontramos también diferencias entre Sócrates y Platón. Aquí nos interesa resaltar una  de ellas que nos parece esencial. Mientras Sócrates tenía puesto su horizonte político en la Atenas que vivió, para su discípulo, como evidencia la República, el horizonte político estaba puesto en el futuro. Este ensayo precisa esa diferencia.

    Sócrates no escribió nada. Lo que sabemos de él lo conocemos, principalmente, a través de la obra de Platón, su discípulo. Sin embargo, Platón hizo también de Sócrates el protagonista de los Diálogos en los que expone sus propias ideas. Resulta pues necesario distinguir entre el Sócrates histórico y el Sócrates platónico, es decir, Platón propiamente.

 Como ya lo dijimos, en ambos casos, quien escribe es Platón.[1] Sin entrar en muchos detalles, hay cierto acuerdo entre los especialistas en clasificar la obra de Platón en 4 periodos, cada una reflejada en un grupo de diálogos: los diálogos de juventud, que serían los que corresponden al Sócrates histórico. Luego, están los llamados diálogos de transición, cuando Platón comienza a construir su propia teoría a partir de un desarrollo de las ideas socráticas. Luego vienen los del periodo de madurez y finalmente los de su época de la vejez.[2] Platón fue un escritor prolífico. Sabemos de más de 30 diálogos que se han conservado. Nunca dejó de trabajar sobre sus propias ideas: en tal diálogo profundiza sobre un problema específico, en tal otro plantea una teoría que, a la vez, es reformulada en diálogos posteriores. Todos ellos comparten al menos tres características: la primera, que el protagonista infaltable es Sócrates;[3] la segunda, que de una u otra manera, sus obras dejan entrever, sino de manera explícita, una preocupación por la política, y la tercera, que son una fuente permanente de problemas, de preguntas abiertas. De esta última característica, viene la afirmación de Withehead” (1956, 67), quizás un poco exagerada, según la cual la tradición de la filosofía occidental no es más que “una serie de notas marginales a Platón”; sin duda, se refiere a la riqueza de ideas y problemas de la obra del filósofo griego.

 Conviene la clasificación anterior para los efectos de este ensayo. Como el título lo indica, se trata de mostrar el horizonte hacia donde mira cada uno, Sócrates y Platón, cuando discuten y desarrollan sus ideas. Se trata de evidenciar el horizonte político y de paso, el horizonte formativo, que aquel implica como propuesta. El objetivo es mostrar cómo, a pesar de la cercanía entre Sócrates y Platón, el horizonte político de cada uno es diferente. Esperamos que tales distinciones contribuyan a aclarar las diferencias entre Sócrates y Platón.

 Para acceder al texto completo versión PDF.

12.3.22

La ética de Sócrates

Edgar Bravo M. 
El texto presenta algunos aspectos de la ética de Sócrates: no cometer jamás injusticia, el conocimiento de sí mismo como requisito para la acción moral; su intelectualismo ético, que identifica la virtud con el conocimiento y el mal, con la ignorancia. Todo lo anterior desde el contexto político y social en que vivió y, desde su compleja y extraña personalidad.


La virtud-ciencia socrática no se debe concebir
como intelectualista, sino como práctica.
Roth Acker

 

La adecuación de las propias acciones a las ideas que se tiene acerca de la vida, del modo de conducirse en ella y de la postura ante la muerte, constituye en Sócrates un rasgo predominante en su personalidad. Sin embargo, estamos lejos de comprender su extraña personalidad a través de su pensamiento, o de lo que conocemos de él, puesto que esa misma personalidad  está hecha de contrastes: “bufón y serio, dueño de sí y demoniaco, dulce y violento, religioso y librepensador, asceta y amigo de banquete, aristócrata y demócrata, sofista y antisofista, terrenal e idealista”[1].

 

De otra parte, para comprender algunos hechos de su vida, entre ellos los de su propia muerte, es preciso no desconocer el contexto social, político y cultural en que vivió. En primer lugar, no es posible pensar a Sócrates por fuera de la polis. En su vida se ausentó de Atenas, su ciudad de origen, solo en dos ocasiones, y ambas en cumplimiento de sus deberes militares. Por lo demás, guardó siempre fiel obediencia a las leyes de la Ciudad-Estado, aunque no así a los gobiernos cuando estos incumplían las leyes y le obligaban a cometer injusticias. No hay que olvidar tampoco que Sócrates creció y vivió la primera mitad de su vida en el pleno esplendor de la democracia, la época más brillante de Atenas, en el siglo de Pericles. De ahí sus firmes convicciones políticas y su respeto por los valores en los que se sustenta la polis.

Para acceder al texto completo: aquí.

[1] Belaval, Yvon. (1984). Sócrates, en Parain, Brice (director). Historia de la Filosofía. v. 2 México: FCE, p. 41.

20.1.22

Descartes, la travesía de un viajero

Edgar Bravo M. 
Descartes hizo de su vida una travesía permanente, también viajero intelectual, su vida fue una experiencia de un continuo hacerse, des-hacerse y rehacerse. Escribe como un explorador y descubridor, su lenguaje es sencillo pero vigoroso, sin afectación, más preocupado por transmitir sus descubrimientos que por hacer discípulos. Con Descartes estamos en la modernidad.

Más allá de los lugares comunes que ubican a Descartes como el iniciador de la filosofía moderna, como el filósofo racionalista de la modernidad, la pretensión de este ensayo es otra; digamos que tampoco trata acerca de su contribución a la historia de la filosofía, o del análisis de tal o cual problema clásico de la filosofía cartesiana (el cogito, Dios, el método, las verdades eternas, entre otros). La pretensión de este ensayo es mucho más modesta, marginal si se quiere, pero, en mi opinión, iluminadora y estimulante para pensar la naturaleza de la actividad filosófica. De ahí que no se trata aquí de reelaborar un discurso sobre la filosofía cartesiana, sino de reflexionar sobre aquello que hace Descartes como filósofo. Quizá esa es la mejor manera de aprender a filosofar. Esta reflexión se articula alrededor de una preocupación constante de Descartes por encontrar un camino que le permita conducir su vida de la manera más recta y segura posible. Para el desarrollo de esta idea me centro en la lectura de tres textos, la primera y la tercera parte del Discurso del método, publicado en francés en 1637 cuando Descartes tenía 41 años, y en una carta a la princesa Elizabeth, del 4 de agosto de 1645. La primera parte del Discurso es una especie de autobiografía personal e intelectual del filósofo francés; los otros dos textos son una exposición de su moral. Los tres textos, como la mayoría de su obra, está atravesada por la metáfora del viaje. Podemos aprovechar la misma para reconstruir su recorrido intelectual.                                                                                                                           
La formación y el discurso cartesiano se desarrollan para este fin en dos perspectivas. La primera se desarrolla en tres momentos: la lectura y el estudio de los libros de los autores clásicos y antiguos, su viaje por “el gran libro del mundo” y la construcción de su propio método para alcanzar un conocimiento cierto. La segunda coincide e inicia con este último momento, con esa búsqueda de certeza intelectual, para lo cual postula un moral de provisión, mientras revisa y pone en duda radicalmente sus creencias. Esta reforma privada de su entendimiento hace un desplazamiento, no sin cierta sutileza, hacia un escenario político. Aquí se desarrollarán algunas ideas para mostrar la convergencia de ambas perspectivas.

Para acceder al texto completo: aquí.

23.11.21

Pautas metodológicas para la elaboración de un comentario de texto

Edgar Bravo M. 

El comentario es un ejercicio de análisis textual a través del cual se muestra el sentido de un texto. No se trata de hacer una paráfrasis del texto, de repetir simplemente en otras palabras lo que dice el autor. En el comentario se trata de penetrar el sentido profundo del texto mostrando la articulación del mismo alrededor de una idea central. Para ello es necesario tener claro el tema de que trata, los cuestionamientos que suscita, el problema al que trata de responder, así como los conceptos y las ideas centrales alrededor de las cuales se articula.

El desarrollo del comentario de texto se realiza a través de una estrategia que implica tres momentos: la lectura previa, la elaboración de la estructura del comentario y la escritura del comentario. Antes de describir cada uno de estos pasos, conviene tener muy presentes los siguientes principios metodológicos.

Principios metodológicos

Leer bien y mucho. Leer supone profundizar en el texto para encontrar su sentido. De ahí que tanto la lectura como la elaboración del comentario no son frutos de la improvisación. En realidad, solo comenzamos a comprender un texto cuando hacemos una relectura del mismo. Para adquirir buenos hábitos de lectura hay que leer mucho y de manera comprensiva.

Enfocar la atención en el texto. Sin una atención, disposición abierta hacia el texto, solo captamos información fragmentaria y descontextualizada. Para captar lo esencial del texto es necesario enfocarse en todos los planteamientos del texto. Leer de manera comprensiva es una actividad del espíritu que requiere concentración sobre cada una de las partes de texto; solo así el texto nos revela su sentido unitario.

Confiar en el texto. Captar el verdadero sentido del texto implica esclarecer su organización conceptual, lo cual requiere tiempo y esfuerzo. Confiar en el texto implica no ceder ante la dificultad, ni optar por la superficialidad; sino, por el contrario, perseverar en el esfuerzo para superar las posibles dificultades hasta llegar a su comprensión.

Establecer una estrategia de trabajo. El comentario exige un modo de proceder ordenado que permita esclarecer las ideas principales, los núcleos semánticos y la organización conceptual, que articulan el texto. Por lo tanto, de una estrategia o modo de proceder organizado.

Para acceder a  la guía completa: aquí.


3.11.21

FODA: Una Metodología Ágil para diagnosticar proyectos

Edgar Bravo M. 

Las metodologías ágiles surgen en la última década del siglo pasado, como respuesta de adaptación a los entornos cambiantes a los que se enfrenta la ingeniería del software. Su versatilidad y flexibilidad, ha hecho que tales metodologías puedan aplicarse a otros campos, tales como los profesionales, laborales, educativos y personales. Pese a su funcionalidad, no son muy conocidas en los entornos educativos y académicos. Su principal ventaja reside en su capacidad de adaptación a las circunstancias específicas y cambiantes de los proyectos.   

La metodología ágil FODA o DOFA (según sus iniciales) sirve para analizar e identificar la situación de una organización, proyecto o plan de acción, determinando sus fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas. Mientras las fortalezas y debilidades se refieren a los aspectos internos del proyecto, las oportunidades y amenazas, a los aspectos externos. Dada su flexibilidad e inmediatez, se puede aplicar al inicio, durante o el final del proyecto. Así mismo, es fácil de revisar y actualizar según las circunstancias cambiantes del entorno. Aparte de darnos una radiografía del estado del proyecto, la herramienta FODA permite hacer los ajustes en cualquier momento, así como proyectar la situación futura y establecer planes de acción.

Se puede trabajar de manera individual o grupal. En caso de trabajar con grupos grandes conviene organizar a su vez subgrupos (hasta de 5 o 6 miembros) y entregar a cada grupo tarjetas para ir anotando en ellas los aspectos. En cada tarjeta se escribe un solo aspecto; luego, cada tarjeta se va a ir pegando en la categoría correspondiente, (fortaleza, oportunidad, debilidad o amenaza) de la matriz DOFA. La misma puede dibujarse en un tablero o pared a la vista de todos. Una vez realizada esta tarea, se procede a unificar los aspectos que coincidan. En caso de que la lista de aspectos sea muy amplia, resulta productivo restringirla los que generen mayor impacto para el proyecto, por ejemplo, entre 3 y 5 aspectos máximo, por cada una de las cuatro categorías para enfocarse en ellos. j

Para acceder a la matriz editable: aquí.

5.10.21

Guía para el análisis de dilemas morales. Un caso práctico

Edgar Bravo M. 
Los dilemas morales son conflictos morales extremos en el sentido en que se enfrentan dos obligaciones morales cuya resolución implica necesariamente optar por una, y solo una de ellas, y sacrificar la otra. Para el filósofo Richard Rorty, tener que decidir por una opción moral y sacrificar la otra, genera una dosis de remordimiento con la que hay que aprender a vivir.

 Veamos un ejemplo de un dilema moral propuesto por Bernard Williams:  “Un visitante extranjero en un pueblo de un país suramericano se enfrenta a la siguiente situación: en la plaza del pueblo, el jefe de los policías ha puesto a veinte indios contra la pared y le explica al visitante “que los indios son un grupo de habitantes elegidos al azar que, a consecuencia de unos recientes actos de protesta contra el gobierno, van a ser fusilados para recordar a otros posibles descontentos las ventajas de no protestar”.  El policía le ofrece entonces al visitante el “privilegio” de matar a uno de los indios, en cuyo caso los demás quedarán libres. Si el visitante no acepta, entonces el policía matará a veinte”. 

 Para acceder a la guía completa: aquí.

21.9.21

Guía de lectura de la 'Apología de Sócrates', de Platón

Edgar Bravo M

La Apología de Sócrates, escrita Platón narra el juicio y la condena de su maestro. La obra es un monólogo puesto en boca de Sócrates, en el que narra, en primera persona, cómo fue el juicio y su defensa en el mismo. Las preguntas propuestas orientan la lectura en aras de una mejor comprensión. Se han agrupado apuntando a distintos aspectos y niveles de comprensión.

Preguntas de comprensión general:

     1.    Investigue cómo funcionan los juicios en la Atenas en la época clásica. Esto le ayudará a entender la dinámica del juicio.

      2.      ¿En qué partes se estructura la Apología y cuál es el hilo conductor?

 


Preguntas para la comprensión de aspectos puntuales:

1.        ¿Quiénes acusan a Sócrates? ¿En qué consisten las acusaciones y cuáles son los argumentos?

2.      ¿Cómo se defiende Sócrates de las acusaciones? ¿Cuáles son sus argumentos?

3.      ¿A qué se refiere Sócrates al afirmar: ‘Solo sé que nada sé’? ¿Cómo podría aplicarse esa afirmación en un contexto educativo?

4.      ¿Qué plantea Sócrates con la sentencia délfica ‘Conócete a ti mismo’? ¿Cómo es posible y con qué fin habría que ‘conocerse a sí mismo?

 

Para acceder a la guía completa: aquí.


Temas relacionados:

Síntesis de la Apología de Sócrates de Platón

La cuestión socrática: ¿Qué sabemos realmente acerca del pensamiento de Sócrates?

5.3.21

Síntesis de la Apología de Sócrates, de Platón

Edgar Bravo M.                                                                                                                                                                            En la Apología se presenta la defensa de Sócrates en su propio juicio. A diferencia de otros diálogos platónicos, el contenido no gira en torno a la definición de ninguna palabra. Se trata de dar un testimonio de su vida como prueba de sus convicciones morales para desmentir a quienes lo acusan de ser impío, sofista y corruptor de los jóvenes. El compromiso cívico y militar con la ciudad y los valores democráticos como la justicia y la obediencia a las leyes que ella detenta está, para Sócrates, por encima de cualquier otra consideración política, social o personal.


De otra parte, su compromiso adquirido en el templo del Oráculo de Delfos reafirma su vocación ciudadana y lo lleva a “vivir filosofando, examinándome a mí mismo y a los demás” (Ap., 28 e).

    

Es precisamente esta misión, la de buscar siempre la sabiduría y la certeza de que nunca se debe cometer una injusticia, la que lleva a Sócrates durante el juicio a no tratar de evitar la pena de muerte: “Si sé que es malo y vergonzoso cometer injusticia y desobedecer al que es mejor, sea dios u hombre. En comparación con los males que sé que son males [cometer injusticia y desobedecer] jamás temeré ni evitaré lo que no sé si incluso es un bien [=la muerte]” (Ap. 29 b).

     

Así la defensa de Sócrates en la Apología resulta ser, por un lado, una reflexión sobre la vida y la muerte, y por otro lado, la postulación de un principio según el cual es preferible sufrir la muerte o cualquier injusticia antes que traicionar lo que resulta más valioso, la filosofía, la verdad y la justicia. 


Palabras clave: Juicio de Sócrates, Oráculo de Delfos, Justicia.      
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17.2.21

Síntesis del Critón de Platón

Edgar Bravo M.
Poco antes de su muerte y a propósito de ella, Sócrates examina si los principios que han conducido su vida son aún válidos en esta situación. En efecto se trata de revisar si todavía resulta aceptable obrar de acuerdo con el principio de que “jamás es bueno ni cometer injusticia, ni responder a la injusticia con injusticia, ni responder haciendo mal cuando se recibe el mal” (49 d) ...

Palabras clave: justicia, leyes.    Seguir leyendo: PDF

3.2.21

Síntesis del Hipias Mayor de Platón

Edgar Bravo M

En este diálogo se indaga por la belleza. Es decir, “por aquello que, bello en sí mismo, añadido a cualquier otra cosa – piedra, madera, hombre, dios, una acción o un conocimiento cualquiera – hace que esta sea bella (292 c-d). Las definiciones propuestas por Hipias resultan inválidas frente a los argumentos de Sócrates. Es así, por lo que no se puede afirmar, al menos en este diálogo, que la belleza se defina cono lo que es adecuado a cada cosa, o como lo que está en las cosas en razón de su utilidad. Tampoco podemos aceptar su identificación con el bien, ni con lo agradable. Así, entonces, lo único que resulta cierto en este diálogo es el proverbio que dice que “lo bello es difícil” (304 e).                           Seguir leyendo: PDF   Palabras clave: belleza, sofistas.

 

19.1.21

Síntesis del Hipias Menor de Platón

Edgar Bravo 

Cómo en otros diálogos del período de juventud de Platón, el Hipias Menor gira también en torno a una cuestión de carácter moral. ¿Quién es mejor, el hombre que sabiendo obrar bien obra mal voluntariamente o aquel, que siendo ignorante, a causa de ello, obra mal involuntariamente? La pregunta surge después de haber aceptado, a través de varios razonamientos, que el hombre experto en hacer bien una cosa, es también experto, si se lo propone, en hacerlo mal; en tanto que el hombre inexperto podría, por causalidad, sin proponérselo, hacerla bien.      Seguir leyendo: PDF


10.12.20

Síntesis del Lisis de Platón

Edgar Bravo M.                                                                                                                                                                   El Lisis pregunta por el significado de la amistad. Como en todos los diálogos escritos por Platón en su primera época, al final del diálogo no se llega a ningún resultado preciso.

El Lisis nos va a mostrar, a través de un ejercicio dialéctico, la variedad de aspectos que en torno al tema de la amistad suscita la discusión de Sócrates con los jóvenes atenienses. En primer lugar, hay que determinar quién es amigo de quién. En el caso de los amantes, después de examinar la cuestión, la reciprocidad no parece posible. Sócrates se justifica en que “quizás se deba a que no buscamos bien”.                                                                                                                                                                                                                                                                                    Palabras clave: Sócrates, amistad, amor, deseo.  Seguir leyendo: PDF


2.10.20

Síntesis del Eutifrón de Platón

Edgar Bravo M.                                                                                                                                                                          El Eutifrón trata de la piedad. El tema se relaciona con la acusación hecha a Sócrates por Meleto en la Apología. Ahora se trata de decir en qué consiste la piedad, de descubrir su esencia. En toda acción piadosa hay algo que en sí mismo tiene “un solo carácter” (Eut., 6 d), y debemos averiguar en qué consiste ese carácter, y luego servirnos de él “como medida” (ib.) para determinar cuando un acto es piadoso o no.                                                                                                 Palabras clave: Sócrates, piedad, dioses.    Seguir leyendoPDF

15.9.20

Síntesis del Laques de Platón

                                 
Edgar Bravo M.                                                                                                                                                                           En el Laques se trata en principio el problema de la educación. En primer lugar, hay que preguntar en qué consiste la virtud, puesto que sin este saber no podríamos ser educadores. Para que sea más viable la indagación, sugiere Sócrates comenzar indagando por una de sus partes: el valor. Laques ensaya una definición según la cual el valor consiste en no huir y resistir al enemigo en la batalla. Según Sócrates tal respuesta no es completamente válida porque muchos que son valientes, por ejemplo, los escitas, combaten huyendo. Por otro lado, existen también otras clases de valentía, la de los marineros en el mar, la de los enfermos, la de los que enfrentan los placeres, las pasiones, los temores, etc., unas veces huyéndoles y otras, resistiéndoles...                                                                                                                                    Palabras clave: valor, saber, virtud.    Seguir leyendoPDF

18.7.20

Síntesis del Cármides de Platón

                   

Edgar Bravo M.                                                                                                                                                                En el Cármides, como en otros diálogos socráticos, se intenta descubrir el sentido de una palabra. En este caso, se pregunta por la sensatez.  A lo largo del dialogo, Cármides, el interlocutor de Sócrates, propone varias definiciones de la sensatez. Ninguna resulta del todo satisfactoria. No puede decirse que la sensatez sea “algo así como la tranquilidad” ya que este término implica cierta lentitud, que resulta desventajosa a la hora de actuar, por ejemplo, en la gimnasia o en la educación. Tampoco tiene que ver con la timidez y el pudor porque la sensatez es excelente y buena, y el pudor puede ser bueno o malo. Resulta, entonces, una tercera definición: la sensatez consiste en “el ocuparse cada uno de lo suyo”. Ante la objeción de Sócrates de que eso supondría “desentenderse de los asuntos de los demás”, y por tanto, de la buena administración de la polis, interviene Critias haciendo la distinción entre “el ocuparse (praxis) con cosas buenas” y “la producción (poíesis) de obras”, siendo la sensatez una praxis...

Palabras clave: Sensatez, sôphrosynê, saber, Sócrates.  Seguir leyendo: PDF 


3.6.20

La cuestión socrática: ¿Qué sabemos realmente acerca del pensamiento de Sócrates?

Edgar Bravo M.                                                                                                                                                                          El pensamiento de Sócrates presenta, de entrada, una dificultad dado que el filósofo griego no escribió ninguna obra. Todo lo que sabemos de él nos ha llegado a través de otras fuentes, principalmente, de la obra de Platón, quien lo hizo protagonista de sus Diálogos. Otros autores como Jenofonte, Aristófanes y Aristóteles también dan cuenta de la figura y el pensamiento de Sócrates. Ahora bien, dada la influencia Sócrates en el pensamiento de su discípulo Platón, ¿cómo podríamos distinguir al Sócrates histórico del Sócrates platónico, el personaje creado por su discípulo para desarrollar sus propias ideas? Abordamos aquí tales cuestiones, en lo que se conoce como la “cuestión socrática”.

Palabras clave: Cuestión socrática, Sócrates histórico, Sócrates platónico. Para leer más: PDF 


8.4.20

¿Para qué leemos los textos filosóficos?

Edgar Bravo M. 
En general, la lectura de textos filosóficos se puede considerar desde dos perspectivas, una dogmática y otra crítica. En el primer caso, en cuanto a los filósofos del pasado, abordamos la lectura de sus textos como quien visita las ideas que se refieren de manera exclusiva a otra época y que, por tanto, poco o nada tienen que ver con nosotros. Desde esta lectura nos acercamos a un texto filosófico de manera doctrinaria, pasiva, acrítica y sin muchas expectativas pues se trata de las ideas de una época lejana y extraña, incluso incomprensibles. Si mucho nos asomamos a un texto clásico como quien visita un museo por mera curiosidad. Esta actitud se corresponde con la típica lectura en la que privilegiamos la memoria más que la comprensión...

Palabras clave: lectura crítica, lectura filosófica.     Para leer más: PDF