Edgar Bravo M. El estudio de textos filosóficos contribuye
al desarrollo del pensamiento crítico al poner en contacto al lector con los
autores que, desde la filosofía, han desarrollado una manera crítica de ver el
mundo. Se señalan aquí algunas razones a
favor de ese propósito. Al final se ofrece, a modo de ejercicio, la lectura de un
fragmento filosófico acompañado de unas preguntas para su comprensión. El análisis de textos filosóficos
para el desarrollo del pensamiento crítico evidencia su valor pedagógico a
partir de los procesos de lectura y escritura, en la medida en que ofrece la
posibilidad de aprender a ‘leer’ y ‘escribir’ al modo de quienes han aprendido
a pensar de manera profunda y crítica. Como dice Descartes (2010: 36): “La
lectura de todos los buenos libros es como una conversación con los mejores
ingenios de los pasados siglos, que los han compuesto, y hasta una conversación
estudiada en la que no nos descubren sino lo más selecto de sus pensamientos”. Esa ‘conversación estudiada’ a la
que se refiere el filósofo moderno nos introduce nos introduce al saber
filosófico y nos posibilita filosofar, esto es, pensar de manera crítica.
Al leer de manera filosófica
aprendemos a desentrañar el sentido profundo del texto, a ir más allá del significado
superficial del texto, a leer entre líneas, a des-cubrir la fuerza y la riqueza
transformadora de las ideas filosóficas.
Esta manera filosófica de acceder a
la filosofía misma es también una fuente de autoconocimiento puesto que el
contacto con los problemas filosóficos, las ideas críticas y las posiciones
razonadas, cuestiona nuestras creencias, convicciones, deseos e ideas, en últimas, nuestro ser íntimo. En esto radica, el papel
transformador -y no solo informador- de la lectura crítica: en que algo nos
pase, en que no seamos los mismos después de leer un texto filosófico (Larrosa,
1996).
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