Francisco José Ayala
La evolución del ser humano, a diferencia de la de los demás organismos, tiene dos dimensiones: una, biológica; la otra, cultural. La evolución cultural es específicamente humana; no se da, al menos en sentido propio, en ningún otro organismo. En el ser humano, la evolución biológica y la evolución cultural se entrañan mutuamente como las dos vertientes de una cordillera. Las dos vertientes pueden ser muy diferentes en topografía, e incluso en flora y fauna, pero están mutuamente relacionadas de múltiples maneras y conducen a las mismas cimas. De manera análoga, la evolución biológica y la cultural depende una de otra. La cultura sólo puede existir sobre una base biológica apropiada y depende enteramente de la naturaleza y las cualidades de tal base. Al mismo tiempo, la cultura extiende sobremanera el poder adaptativo de la naturaleza biológica y constituye la fuente más importante de los cambios ambientales que determinan la evolución biológica humana.
Las dos dimensiones de la evolución humana, biológica y cultural, corresponden a las dos clases de herencia, genética y cultural, que existen en el ser humano. Medawar llama a estas dos clases de herencia endosomática y exosomática; respectivamente. La herencia biológica es similar en el ser humano y en los demás organismos de reproducción sexual. Se basa en la trasmisión de información genética en forma de ácido desoxirribonucleico (ADN) de una generación a las siguiente a través de las células sexuales o gametos. El cigoto, resultante de la fertilización del óvulo femenino por el espermatozoide masculino, contiene la información genética que, interaccionando con el ambiente, dirige el desarrollo de las características anatómicas, fisiológica y psicológicas del individuo adulto.
Además de la herencia biológica, el ser humano pasa a otros miembros de la especie una herencia cultural. La herencia cultural se basa en la trasmisión de información a través de un proceso –la enseñanza entendida en un sentido amplio- que es independiente del parentesco biológico. En el presente contexto, uso la palabra “cultura” en un sentido amplio. En este sentido la cultura incluye todos los hábitos adquiridos y maneras de vivir del ser humano, las artes y las técnicas de hacer y usar objetos materiales, el lenguaje, las instituciones sociales y políticas, las tradiciones éticas y religiosas, los conocimientos científicos y humanísticos. Es decir, la cultura significa, en este caso, todo lo que la humanidad conoce o hace como resultado de haberlo aprendido de otros seres humanos. La cultura se adquiere no solo de los padres, sino de todos los seres humanos con los que se entra en contacto directa o indirectamente. El mecanismo de transmisión no son las células sexuales, sino la comunicación directa, oral o gesticular, los libros, la prensa, la radio y la televisión, el cine y el teatro, y, en general, cualesquiera medios de comunicación. La cultura le permite al ser humano acumular y trasmitir sus experiencias a través de las generaciones.
La naturaleza inacabada. Ensayos en torno a la evolución.
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