En este texto de 1784, el filósofo alemán plantea el problema de la
ilustración en tanto que ejercicio de la autonomía, es decir, como que cada
sujeto adquiera la capacidad de “servirse
de su propio entendimiento sin la dirección de otro”. Renunciar a dicha
tarea “significa violar y pisotear los
sagrados derechos de la humanidad”. Sin embargo, existen algunos obstáculos que retrasan o impiden el acceso a la Ilustración. Algunas residen
en el propio sujeto, otras en intereses de terceras personas que se aprovechan
de la comodidad de quienes optan permanecer menores de edad durante toda su
vida. “¡Es tan cómodo ser menor de edad! A
lo largo del texto, Kant examina estas cuestiones en distintos aspectos de la
vida pública a partir de la distinción práctica entre el uso público de la razón y el uso
privado de la razón. Al final del escrito, se hace la pregunta de si “¿vivimos ahora en una época ilustrada?”
y examina las implicaciones que una respuesta debería considerar. Este texto es una defensa de la divisa de la modernidad: ¡sapere aude! (¡atrévete a
pensar!). Acceder al texto: PDF
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