8.9.12

Ética y democracia: responsabilidades para la sesión 8

Tema: El ejercicio de la autonomía, la libertad y la responsabilidad moral
Realizar una lectura de estudio del texto de Kant, Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración? y del texto de Nietzsche, Las tres transformaciones
Actividades propuestas:
1. Identifique en cada uno de los textos las partes temáticas que lo estructuran y las ideas principales que las articulan.
2. Muestre de qué manera cada uno de los textos plantea la emancipación y autonomía del ser humano, así como los obstáculos que la dificultan.
3.  ¿Qué propuesta de ciudadanía plantea cada uno de los textos? ¿Con cuál se identifica? ¿Cuál piensa que responde mejor a las necesidades de la sociedad actual? ¿Por qué?

31.8.12

Los orígenes de la ciencia y la filosofía en el mundo occidental

El surgimiento del pensamiento occidental hunde sus raíces en el mundo griego. En los siglos VI y V a.n.e., se dio una eclosión de diversas teorías sobre el origen del universo. Todas tenían en común un aspecto: pretendían explicar la naturaleza de manera racional, sin apelación a alguna de las tradicionales explicaciones mitológicas; por el contrario, había un intento más o menos consciente de apartarse de esa tradición y de comenzar a "ver" la naturaleza con una nueva mirada. El cambio no fue inmediato, cientos de años de tradición religiosa y mitológica, -que nos ha llegado a nosotros a través de la literatura escrita de Homero y de Hesíodo-, no se desvanecen de la noche a la mañana. Sin embargo, desde los inicios de esta nueva indagación racional, la ruptura en el uso del lenguaje se hizo evidente en esta nueva clase de pensadores, sus explicaciones sobre el origen del universo prescindieron del lenguaje religioso, apelaron a nuevas categorías de pensamiento, las cuales irán configurando el pensamiento científico y filosófico de los siguientes siglos. Este tránsito de las explicaciones mitológicas a las racionales, es conocido como el paso del mithos al logos. El siguiente texto muestra las principales líneas de pensamiento que configuraron el nacimiento de la filosofía y la ciencia occidentales.

Bibliografía: Lorenzo  Vallmajó Riera. Historia de la filosofía. Barcelona: Edebe, 2009

Para acceder al texto siga el link: http://es.scribd.com/doc/104422561/El-Paso-Del-Mithos-Al-Logos

2.8.12

La ética de Kant. Selección de textos y guía de lectura


Immanuel Kant
En la Fundamentación de la metafísica de las costumbres encontramos aspectos esenciales de la ética del filósofo alemán Immanuel Kant (17724-1804). La selección de textos que aparece en seguida se refiere a algunos de ellos tales como las nociones de buena voluntad, el imperativo categórico, el reino de los fines, la autonomía y la heteronomía. Al final de los textos se propones una Guía de lectura para orienta el estudio de los mismos. 

Fundamentación de la metafísica de las costumbres (selección de textos)
I. Acerca de la buena voluntad
En ningún lugar del mundo, pero tampoco siquiera fuera del mismo, es posible pensar nada que pudiese ser tenido por bueno, a no ser únicamente una buena voluntad. El entendimiento, el ingenio y la capacidad de  juzgar, y como quiera que se llamen por lo demás los talentos del espíritu, o el buen ánimo, la decisión, la perseverancia en las intenciones, como propiedades del temperamento, son, sin duda, en diversos respectos, buenos y deseables, pero también pueden llegar a ser en extremo malos y nocivos si la voluntad que ha de hacer uso de estos dones naturales, y cuya peculiar constitución se llama por eso carácter, no es buena. Con los dones de la fortuna pasa precisamente lo mismo...  Para seguir leyendoPDF.

Palabras clave: buena voluntad, imperativo categórico, reino de los fines, autonomía y heteronomía.



27.7.12

Pautas para leer comprensivamente un texto argumentativo


Estás pautas están  tomadas de dos páginas del volumen, de varios autores, Frangais. Littérature & Méthodes, París, Éditions Nathan, 1995. Sus títulos son: "La situación de argumentación" (p. 76) y "El estudio de un texto argumentativo" (p. 532). Al traducirlos, se han hecho leves modificaciones.

I
La situación de argumentación

La argumentación procura obrar sobre alguien, hacerle cambiar de parecer, ya sea recurriendo a la razón, ya sea recurriendo a la emoción. Para captar una argumentación, es necesario descubrir:
•     La identidad de quien argumenta y de la persona a quien va dirigida la  argumentación
•     Las funciones de la argumentación
•     Los resortes de la argumentación

La persona que argumenta
Tiende a convencer, a persuadir. Se compromete personalmente, representa valores, da la mejor imagen de sí. Hace todo eso para influir sobre el interlocutor, para facilitar la adhesión a las ideas que defiende.

La persona destinataria
Cuando alguien argumenta, tiene en cuenta los valores, los deseos, los gustos de la persona a quien va destinada la argumentación. Todo eso es tenido en cuenta para convencerla mejor y para anticiparse a los contra‑argumentos que esa persona podría oponer a la argumentación.

Las funciones de la argumentación
* La función persuasiva: se da cuando quien argumenta trata de persuadir, de hacer cambiar de opinión, de convicciones; cuando intenta que la persona a la que se dirige participe de su punto de vista.
* La función polémica: se da cuando quien argumenta procura ridiculizar o menospreciar aquello con lo que no está de acuerdo. Se da también cuando se trata de reducir al silencio a la persona con quien se está hablando.




23.1.12

Armonía y proporción en el pensamiento griego: los presocráticos

Umberto Eco
Según el sentido común, juzgamos bella una cosa bien proporcionada. Eso explica por qué desde la antigüedad la belleza se identificó con la proporción, aunque hay que recordar que en la definición común de la belleza, en el mundo griego y latino, el deleite del color (y la luz) también se unía siempre a la proporción. 

Cuando en la Grecia antigua los filósofos llamados presocráticos –Tales, Anaximandro y Anaxímenes, entre los siglos VII y VI a.C.- comienzan a discutir cuál es el principio de todas las cosas (y afirman que el origen de la realidad está en el agua, en el infinito originario o en el aire), pretenden dar una definición del mundo como un todo ordenado y gobernado por una sola ley...   Seguir leyendo

29.11.11


Guía para la elaboración de un comentario de textos
Por Edgar Bravo

Leer, escribir y dialogar desde la filosofía constituyen la vía regia y quizá más expedita para aprender a pensar. En el caso del comentario de textos, uno de los ejercicios más propios de la actividad filosófica,  se pone en juego de manera excepcional el proceso de lecto-escritura. Ya no se trata solo de leer textos filosóficos o de escribirlos sino de aunar, a un mismo tiempo, el acto de escribir y de leer. Literalmente, aprendemos a leer escribiendo y a escribir, leyendo. Aún más, implica también un diálogo con el autor y, a su vez, con nosotros mismos. El comentario de textos resulta, pues, intelectualmente exigente y pedagógicamente formativo. Habrá que mencionar también que comentar un texto significa actualizarlo, mostrar su pertinencia, justificar su importancia y su fuerza por el reto que a nosotros, sus lectores, nos exige. Es posible distinguir tres momentos en la elaboración del comentario de textos: la contextualización, la interpretación del mismo y la valoración crítica del lector-escritor. En seguida se caracteriza cada uno.
  I.    Contextualización: el autor y su época
Aunque más allá de sus circunstancias particulares, el pensamiento y obra de los filósofos trascienden su época, no hay que olvidar que todo pensador es hijo de su tiempo, que sus ideas surgieron en un contexto determinado, con unas motivaciones y preocupaciones específicas y, ante todo, con unos presupuestos e ideas, no siempre conscientes, propias de su época. De ahí que para lograr una adecuada comprensión de un texto filosófico sea menester ubicarlo en el contexto social, histórico, político, cultural, etc. en el que surgió. Si dejamos  de lado el contexto, corremos el riesgo de ‘hacerle decir’ a nuestro filósofo cosas que no ha dicho y tergiversar sus ideas. Aun si al interpretar un texto, optamos por hacerlo desde nuestra perspectiva y contexto, no debemos dejarlo a la ‘libre interpretación’ so riesgo de desdibujar completamente su sentido. Así, pues, la contextualización es el primer paso hacia la comprensión de un texto.  Las siguientes cuestiones apuntan a este propósito.
  •        ¿Cuál es la época histórica del autor (datos básicos)?
  •       ¿A qué periodo y momento de la filosofía pertenece el autor?
  •       ¿En qué escuela se inscribe?
  •   ¿Qué influencias importantes de otros filósofos o escuelas de pensamiento determinaron su filosofía? ¿Qué datos biográficos son relevantes para entender su obra?
  •   ¿Qué hechos sociales, culturales, políticos y económicos son pertinentes para contextualizar su filosofía? ¿Qué otros aspectos considero necesarios para contextualizar el texto?
  •        Datos bibliográficos del texto (año original y demás datos de actualidad)
  •       ¿Qué obra o a qué obra pertenece el texto a analizar?
  •       ¿Qué lugar ocupa el texto a analizar en el conjunto de la obra del filósofo?
 II.     Análisis e interpretación del texto
Se trata de mostrar lo que el texto quiere decir. Para ello es necesario hacer un análisis del mismo, esto es, descomponer el texto en sus partes fundamentales, con el fin de identificar su estructura,  los conceptos (lo que denotan y connotan) que lo articulan. Así mismo, en aras de la rigurosidad, las interpretaciones y análisis deben acompañarse de las citas textuales a las cuales se refieren. Finalmente, habrá que hacer una síntesis que recoja, en pocas palabras, lo esencial del texto.  Al realizar el análisis tenga en cuenta, además, las siguientes cuestiones.
  •       ¿Cuál es el tema principal del texto?
  •       ¿Cuáles son los temas secundarios que aborda el texto?
  •       ¿Cuál(es) es la(s) tesis principal(es) del texto?
  •    ¿Qué hace el autor en los distintos momentos que estructuran el texto? ¿analiza, interpreta, argumenta, cuestiona al lector, se cuestiona a sí mismo, expone su punto de vista, plantea un problema, hace una crítica, defiende o ataca una tesis, da ejemplos, propone soluciones, compara, etc.?
  •       ¿Cuáles son los conceptos principales que articulan el texto?
  •       ¿Qué tipo de texto es? ¿cuál es su tipología textual?
  •      ¿Cómo defiende el autor su planteamiento central?
  •      ¿Cómo argumenta el autor? ¿con qué argumentos y de qué tipo son?
  •       ¿Qué es lo que en últimas quiere decir o proponer el autor?
  •      ¿Cómo puedo sintetizar en mis propias palabras lo esencial del texto?
  •       Otras consideraciones que considere pertinentes.
 III.   Apreciación crítica
Una vez identificada su estructura y aclarados los conceptos, es decir, de haber penetrado el sentido profundo del texto, conviene tomar distancia del mismo con el propósito de hacer un juicio crítico del mismo. Se trata de exponer nuestro punto de vista argumentado sobre el texto. La crítica pretende enriquecer el texto mostrando aquello que no siempre resulta evidente en el texto, mostrar su complejidad, sus tensiones, sus posibilidades que nos permita inferir, leer ‘entre líneas’, examinar su coherencia interna (intratextual) y externa, es decir, con el resto de su obra y escuela a la cual pertenece (coherencia intertextual). También se trata de hacer visibles sus limitaciones, lo que no logra resolver. De igual manera su influencia posterior, sus fortalezas y debilidades, lo que nos ha impresionado, su influencia posterior. En fin, se trata de ‘conversar’ de manera crítica con el autor para mostrar lo que pensamos después de haberlo estudiado. Las siguientes cuestiones apuntan en ese sentido:
  •            ¿Qué aspectos o tesis son las más relevantes del texto? ¿por qué?
  •             ¿Qué apartes del texto voy a citar por su importancia? ¿en qué son importantes?
  •            ¿Qué me ha aportado el tema? ¿qué me ha impresionado? ¿Por qué?
  •          ¿Qué dificultades plantea el análisis y la interpretación del texto? ¿Cómo evalúo sus argumentos?
  •             ¿Cuál es el propósito del autor del texto y hasta dónde logra realizarlo?
  •       ¿Cuál es la mayor fortaleza del texto? ¿sus tesis, sus argumentos, su manera de argumentar, su estilo, etc.?
  •            ¿En qué estoy de acuerdo con el texto? ¿en qué no? ¿Por qué?
  •            Otros aspectos que considere pertinentes.
IV.            Bibliografía consultada.
Principal. Se refiere a las fuentes o textos escritos por el autor del texto que se comenta.
Secundaría: es la bibliografía complementaria consultada para comprender el texto.
La bibliografía debe contener todos los datos pertinentes.

28.5.11

Todo lo que debería preguntarse para escribir un ensayo

Edgar Bravo M.

“Celebro y acaricio la verdad cualquiera que sea la mano que la detente, y a ella me entrego alegremente y le tiendo mis armas vencidas, en cuanto la veo acercarse a lo lejos. Y con tal de que no procedan con ceño demasiado imperioso y sentencioso, acepto las críticas que hacen a mis escritos”. Así decía Michel de Montaigne (1533-1592) al referirse a las posibles críticas a sus ensayos. Ese género, nacido en pleno Renacimiento, cuya paternidad ha sido atribuida al filósofo francés, ha tenido en nuestra época su mayor apogeo. Difícil de definir, pero fiel a su tradición, conviene recordar que en el ensayo la actividad intelectual no corre al margen del conocimiento de sí mismo, ni de la propia subjetividad. Las pautas y preguntas que en seguida se proponen esperan ser una guía para reflexionar sobre sí mismo a través de la indagación intelectual de un tema que supone el acto de escritura. Despojar al ensayo del rigor de la subjetividad supone convertirlo en una fórmula, un mero conjunto de procedimientos.                  Leer más: PDF.