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11.5.21

La herencia biológica y cultural

Francisco José Ayala

La evolución del ser humano, a diferencia de la de los demás organismos, tiene dos dimensiones: una, biológica; la otra, cultural. La evolución cultural es específicamente humana; no se da, al menos en sentido propio, en ningún otro organismo. En el ser humano, la evolución biológica y la evolución cultural se entrañan mutuamente como las dos vertientes de una cordillera. Las dos vertientes pueden ser muy diferentes en topografía, e incluso en flora y fauna, pero están mutuamente relacionadas de múltiples maneras y conducen a las mismas cimas. De manera análoga, la evolución biológica y la cultural depende una de otra. La cultura sólo puede existir sobre una base biológica apropiada y depende enteramente de la naturaleza y las cualidades de tal base. Al mismo tiempo, la cultura extiende sobremanera el poder adaptativo de la naturaleza biológica y constituye la fuente más importante de los cambios ambientales que determinan la evolución biológica humana. 

Las dos dimensiones de la evolución humana, biológica y cultural, corresponden a las dos clases de herencia, genética y cultural, que existen en el ser humano. Medawar llama a estas dos clases de herencia endosomática y exosomática; respectivamente. La herencia biológica es similar en el ser humano y en los demás organismos de reproducción sexual. Se basa en la trasmisión de información genética en forma de ácido desoxirribonucleico (ADN) de una generación a las siguiente a través de las células sexuales o gametos. El cigoto, resultante de la fertilización del óvulo femenino por el espermatozoide masculino, contiene la información genética que, interaccionando con el ambiente, dirige el desarrollo de las características anatómicas, fisiológica y psicológicas del individuo adulto.