3.9.09

¿En qué consiste la particularidad del saber filosófico?

Por Edgar Bravo
Qué particularidades hacen de la filosofía un discurso distinto al de los demás tipos de conocimiento y cuáles son las características de un texto filosófico.
Cuando nos referimos a la filosofía como disciplina se tiene la impresión de que la misma forma un todo unitario, un solo saber que en el transcurrir de la historia se ha ido consolidando hasta convertirse en un cuerpo de verdades más o menos unificado; sin embargo, en la práctica lo que designamos bajo el nombre de filosofía encierra una pluralidad de discursos, algunos más o menos coincidentes, otros diferentes entre sí y, definitivamente, otros no sólo diferentes entre sí, sino también opuestos. En este sentido, la unidad del saber filosófico es más aparente que real.

Entonces, ¿qué hace que esa multiplicidad de saberes filosóficos, tan distintos unos de otros, se agrupen bajo el nombre de filosofía? ¿en qué reside ese ‘aire de familia’ que caracteriza al saber filosófico? Ante todo en la manera de abordar sus objetos de estudio. Aunque no existe un canon definitivo de los rasgos que nos muestre en qué consiste ese ‘aire de familia’, es posible identificar algunos de ellos dada su recurrencia en la historia del pensamiento filosófico. Vamos a considerar de manera breve algunos de los rasgos más relevantes y constantes en el discurso filosófico.
La filosofía aborda los objetos de estudio de manera racional, analítica, crítica, histórica, sistemática, universal y reflexiva.
- Es un saber racional en tanto que sus planteamientos mantienen una coherencia lógica.
- Es analítico porque distingue los conceptos, tesis, argumentos, teorías y problemas.
- Tiene carácter crítico dado que establece juicios de valor.
- Posee una dimensión histórica ya que sitúa los problemas y las teorías en el contexto socio-cultural en el que surgieron, estudia su evolución a través de la historia y los actualiza en la realidad presente.
- Es sistemático en la medida en que aparece como un saber ordenado y coherente.
- Es universal pues busca los fundamentos, principios y esencia de los objetos estudiados.
- Es reflexivo pues su discurso vuelve de manera constante sobre sí mismo, para revisarse y actualizarse en todo momento.

La profundidad del pensamiento filosófico se hace evidente en los textos filosóficos, los cuales tienen ciertos rasgos esenciales que les dan un ‘aire de familia’. Son textos analíticos, interpretativos, argumentativos, críticos y propositivos. Cada una de estos rasgos interroga al objeto de estudio de diversas maneras:
- ¿Qué quiere decir el autor del texto? (requiere analizar e interpretar)
- ¿Cómo se justifica lo que plantea el autor? (identificar o construir argumentos)
- ¿Son aceptables los argumentos del texto? ¿estoy de acuerdo con las tesis y/o los argumentos que plantea el autor? ¿Por qué? (competencia crítica)
- ¿Qué propone el autor como respuesta al problema formulado? ¿Si no estoy de acuerdo, cuál es mi propuesta? (competencia propositiva).
El resultado de poner en juego todas estas competencias en el proceso de lecto-escritura de textos filosóficos ya sea en el estudio de los textos de los filósofos o en la producción de los propios, apunta a lograr la comprensión del objeto de estudio.

31.8.09

Poder, fuerza y violencia: relaciones sociales a resignificar

Por Hernando Orozco Losada. Docente Departamento de Ciencias Sociales - Universidad Autónoma.
Resumen: Tanto en los círculos académicos, como en los medios de comunicación y más aún en las conversaciones cotidianas en nuestro país, es frecuente equiparar poder, fuerza y violencia. El texto realiza una aproximación teórica y empírica al uso coloquial y cotidiano de los términos en casos de “limpieza social” y sus formas de legitimación en el lenguaje, para luego hacer una distinción de los términos a partir de planteamientos de Hannah Arendt y Sergio Cotta. Finalmente evidencia como los casos de resistencia civil contra la violencia son formas de poder que se oponen a la violencia y permiten entender por que es necesario distinguir más que equiparar estas nociones en su uso cotidiano.

La división de poder

Por J. L. Gonzáles-Berenguer
La evidencia de que el poder tiende a ser ilimitado es algo que la historia. viene constatando repetidamente, junto con la también evidencia de que las situaciones de crisis de poder son catastróficas para los pueblos. Se sigue de aquí la conveniencia de encontrar una formulación intermedia entre la situación de poder ilimitadamente ejercida y la situación de vacío de poder. Esta situación intermedia en la que el poder frena al poder es lo que genéricamente se conoce por división de poderes, división que ya conocieron los clásicos griegos, como lo demuestran las constituciones de Esparta y Atenas y la propia obra aristotélica...

Preguntas para el análisis del texto:
1. ¿Con qué argumentos se justifica la división de poderes en el Estado?
2. ¿En qué consiste y qué consecuencias se derivan del “vacío de poder”?
3. ¿Cuáles son los riesgos del poder ilimitado por parte del gobernante?
4. ¿Qué garantías genera el sistema de libertades en la división de poderes en la Inglaterra posterior a la revolución de 1649, y en la Francia después de la Revolución de 1789?
5. Explique la relación entre poder y libertad.
6. En qué consiste la diferenciación entre ‘tenencia de libertad’ y ‘disfrute de libertades’ propuesta por el filósofo Julián Marias?
7. Describa la concepción clásica de la división de poderes propuesta por Montesquieu y Locke?
8. Explique de qué manera se resignifica la división clásica de poderes en el contexto del Estado contemporáneo (intervencionismo estatal).
9. ¿Analice la relación entre la nociones de ‘división de poderes’ y la de ‘coparticipación del poder’, definiendo en primer lugar a qué hace referencia cada una?
10. ¿De qué manera la coparticipación de poderes permite el equilibrio de poderes en el Estado y de cómo puede hacerse efectiva?
11. Sintetice en un párrafo la tesis principal que propone el texto.

30.8.09

¿Qué lugar ocupa la filosofía en el campo del conocimiento?

Por Edgar Bravo
Se plantea el lugar que ocupa la filosofía en el entramado del campo del conocimiento; en particular, su relación con las ciencias.

¿A qué tipo de conocimiento pertenece la filosofía? En las teorías del conocimiento clásicas es usual la distinción entre “sujeto” y “objeto”. El sujeto se refiere al agente del conocimiento, ‘al que conoce’, y el objeto a ‘lo que se estudia y conoce’. Decimos que el ‘conocimiento’ es lo que media entre el uno y el otro. La ciencia moderna espera la mayor objetividad posible del sujeto frente al objeto de conocimiento, es decir, trata de eliminar la mayor subjetividad posible y de esta manera garantizar el conocimiento científico.

Sin embargo, tal pretensión de objetividad responde más a un ideal que a una realidad pues son muchos los aspectos que la dificultan. En lo que sigue vamos a mostrar como la objetividad está condicionada y varía de acuerdo con el ‘objeto’ de estudio; no es lo mismo estudiar la trayectoria de un cuerpo celeste que seguirle la pista al quehacer de un sujeto en un día de su vida. En el primer caso, si se conocen las variables la trayectoria del cuerpo se puede determinar de manera más o menos precisa pues el mismo está sujeto al determinismo de las leyes físicas. No ocurre lo mismo en el segundo caso, pues a pesar de conocer muy bien a nuestro sujeto esté puede sorprendernos en cualquier momento con un comportamiento imprevisible. Dicho de otra manera, las variables que condicionan el accionar del ser humano son ilimitadas además de complejas, muchas de las cuales jamás vamos a conocer, incluso ni siquiera el mismo sujeto sería capaz de enterarse de todas sus motivaciones ya que muchas de ellas pertenecen al inconsciente.
Esta observación nos sirve para establecer una clasificación de las ciencias dependiendo de la naturaleza de su objeto de estudio:
La clasificación de las ciencias

Esta clasificación de las ciencias según su objeto de estudio nos permite inferir que en el campo de las ciencias empíricas los objeto de estudio de las ciencias naturales actúan más o menos según los patrones de las leyes naturales (a excepción claro de los objetos que estudia la física cuántica) y por lo tanto, están sujetos a la necesidad, esto es, que no pueden actuar en las mismas circunstancias de otra manera a como lo hacen. En contraste con estas ciencias, el objeto de estudio de las ciencias humanas o sociales es por su misma naturaleza más complejo y difícil de aprehender pues los seres, las acciones y las relaciones humanas que son su objeto de estudio no operan bajo el determinismo de las leyes físico-matemáticas, sino que, por el contrario, de manera mucho más aleatoria e impredecible, la libertad y la complejidad de las motivaciones de los individuos y grupos humanos no permite cálculos exactos sobre este objeto de estudio.

De ahí que no es dable esperar en las ciencias humanas la misma precisión matemática que se da en las ciencias naturales. La razón no se encuentra en la ‘falta de seriedad’ o en la precariedad de los métodos de las ciencias humanas o sociales, sino en que por su misma naturaleza los objetos de estudio de estas últimas no se dejan atrapar o reducir a la lógica racional de las leyes físico-matemáticas. Muchas veces esta falta de precisión en las ciencias sociales o humanas es valorada de manera peyorativa sin tener en cuenta que la naturaleza de su objeto de estudio no es la misma que la de las ciencias naturales. Así como decía Aristóteles, no podemos esperar la misma precisión en la ciencia de la política que en una demostración matemática.

Quién se interese por los asuntos humanos debe aprender a convivir con la complejidad e incertidumbre que genera su objeto de estudio. Adicional a esto y retomando las consideraciones sobre el sujeto y el objeto de conocimiento iniciales, tenemos que en el caso de las ciencias sociales o humanas el objeto de estudio es al mismo tiempo el sujeto o agente de conocimiento, pues justamente somos nosotros, los seres humanos, quienes reflexionamos sobre nosotros y nuestro quehacer. Por lo demás, también hay que tener en cuenta, que a diferencia de las ciencias naturales que buscan explicar y predecir los fenómenos que estudian, las ciencias sociales o humanas intentan más bien comprender las acciones humanas.
¿Qué lugar ocupa la filosofía en este entramado de las disciplinas científicas?

La obra de Newton Los principios matemáticos de la filosofía natural, de 1686, con anotaciones a mano de Newton.


En tanto que saber la filosofía no encuadra en ninguna de las ciencias, sino que por su particularidad las atraviesa a todas, pero también está antes y después de ellas. Desde los comienzos de la filosofía occidental en la Grecia del siglo VI a.C. todo el saber científico formaba parte de la filosofía, hasta el libro de Newton, publicado en 1686, Principios matemáticos de la filosofía natural dan cuenta de hasta qué punto la física formaba parte de la filosofía. Por su parte, los grandes tratados de psicología, desde Platón, Aristóteles, Agustín de Hipona, Descartes, Kant, hasta el siglo XIX son del dominio de la filosofía. Sólo cuando una disciplina madura, se especializa y construye su propio método se convierte en una ciencia. Mientras tanto pertenece al reino de la filosofía. Así, pues, forman parte de la filosofía todos esos problemas aún no resueltos. Pero también al final del camino de las ciencias, en sus estadios más avanzados, los problemas científicos se vuelven cuestiones filosóficas: ¿qué es finalmente la vida? ¿qué hay más allá del universo? ¿es la antimateria que han descubierto los físicos una forma de no ser? ¿el no ser es posible? ¿qué es la muerte? Todas estas cuestiones aparecen en los límites del conocimiento de ciencias tales como la biología, la medicina, la astronomía y la física. Son cuestiones filosóficas.

Si bien cada ciencia tiene determinado objeto de estudio sobre la realidad, la filosofía se ocupa también desde el campo de la epistemología de examinar esos discursos que hablan sobre la realidad, convirtiéndose en una teoría sobre los discursos de la ciencia. Encontramos entonces estudios sobre la filosofía de la física, la filosofía de las matemáticas, o en general, sobre la filosofía de la ciencia, la filosofía de la educación, entre otras. Ejemplos cuestiones filosóficas que aborda la filosofía de la ciencia: ¿qué es una hipótesis? ¿qué es la verdad? ¿cómo progresa la ciencia? ¿qué caracteriza a una revolución científica? ¿qué tan fiable es el método científico? ¿qué es finalmente la educación? ¿qué es la vida y de dónde viene? ¿qué es la mente?

Habrá, sin embargo, problemas eternamente filosóficos: ¿en qué consiste la felicidad? ¿cuál es la mejor manera de organizar una sociedad? ¿qué le da sentido a la vida humana? ¿qué es la justicia? ¿en qué consiste la responsabilidad moral? ¿existen valores universales o sólo relativos? ¿por qué existe el universo? ¿por qué existimos? ¿existe el alma? ¿qué es la amistad? Estas cuestiones de suyo son clásicas en la historia del pensamiento filosófico.

25.8.09

250 Conectores textuales

 Edgar Bravo M.                                                                                                                                                        El uso de los llamados conectores textuales o marcadores del discurso sirve para evidenciar la coherencia lógica de un texto argumentativo. Existen numerosos conectores textuales que explicitan el tipo de relación y jerarquía entre las diversas ideas de un texto. 
      En seguida se presentan, organizados en una tabla, 250 conectores textuales clasificados en 22 categorías y que corresponden  a las relaciones más utilizadas en los textos argumentativos: aclaración, adición, cambio de perspectiva, causa, coexistencia, comienzo, concesión, consecuencia, condición, continuidad, contraste u oposición, de conformidad, detalles, ejemplificación, énfasis, finalidad, hipótesis, introducción, objeción, resumen, secuencia y semejanza.         Para acceder al texto:  250 conectores textuales.

Constitución Política de Colombia - Edición 2005

Actualizada con todos los Actos Legislativos expedidos hasta el 2004 Contiene los texto completos de los artículos reformados Edición 2005
TRABAJO REALIZADO POR BIBLIOTECA ENRIQUE LOW MURTRA – BELM -


5.8.09

Crítica de Feuerbach y de Marx a la religión

Edgar Bravo M.

Ambos pensadores son influenciados por Hegel. Sin embargo, toman distancia en cuestiones religiosas. Para Feuerbach la religión pertenece al campo de la antropología en el sentido en que la idea de Dios es una creación del hombre, y no al revés, como tradicionalmente se ha planteado. Dicha creación no es más que el reflejo de los anhelos humanos, esto es, de todo aquello que el hombre no es capaz de realizar, de sus frustraciones, de sus limitaciones. Dios encarna el ideal de lo que el hombre desea pero no puede alcanzar. La religión es una creación humana, no una invención exclusiva de los sacerdotes y pastores, si bien estos últimos se ha servido de ese anhelo profundo que acompaña al corazón humano para someter y dominar las almas. Entre más alto y perfecto Dios, más pequeño y miserable el ser humano.

Marx comparte la crítica de Feuerbach a la religión pero va más allá. Para Marx el origen de esta necesidad profunda (la idea de Dios) inscrita en la condición humana no es producto de los límites de la vida humana, sino que la misma descansa en la explotación económica. Es decir, que en últimas –para Marx- la representación de un Dios como reflejo de los anhelos humanos es producto de la miseria causada por la explotación económica del sistema capitalista. De ahí que para superar esta representación religiosa el ser humano debe transformar la realidad concreta en que vive, transformar las condiciones económicas y sociales que son la causa última de esa ideología religiosa. No se trata, pues, como planteaba Feuerbach de una superación de la religión a través de la comprensión intelectual, sino a través de la acción real y concreta que posibilite la superación de esa mentalidad.

17.7.09

¿QUÉ HACEMOS CON LO QUE HICIERON DE NOSOTROS?

¿Hasta dónde somos responsables de nuestros actos, nuestras decisiones y nuestras actitudes? ¿Por qué es difícil asumirse así mismo? ¿Qué piensan los filósofos sobre estas cuestiones? Estas son algunas de las cuestiones que aborda el filósofo argentino José Pablo Feinmann.



8.6.09

Descartes: la reconstrucción del mundo.


Por Edgar Bravo

Tercer momento: la reconstrucción del mundo.

Con el descubrimiento de un nuevo principio filosófico “pienso luego existo”, Descartes ha puesto el centro del mundo en el sujeto humano, en su parte racional, en el “yo pienso”. El fundamento en el yo racional marca una diferencia radical con el mundo medieval cuya fuente de realidad es Dios, ser trascendente, por fuera del mundo pero creador de este y, por ende, de su creatura, su criatura preferida, el ser humano. A partir del Renacimiento (siglo XV) la reivindicación del humanismo ha comenzado la emancipación del ser humano; con Descartes (siglo XVII) ese lugar encuentra su justificación filosófica. El sujeto cartesiano se convierte en el eje sobre el cual se ira tejiendo una nueva relación entre el hombre, la naturaleza y Dios.

Una vez instaurada la certeza del cogito, Descartes volverá a recuperar el mundo. El mismo que había sido puesto en duda con los tres argumentos cartesianos (los sentidos, el sueño y el dios engañador). En este orden de ideas, reivindica primero la existencia de Dios, a partir de la idea de perfección; en segundo lugar y derivada de la primera, la existencia del mundo. Tomando las previsiones necesarias, el mundo es fiable, no existe ningún dios engañador.

La confianza en el sujeto moderno, en la razón humana, no sólo pertenece al campo de la ciencia sino que también se extiende a la política, la religión y la economía. En todos estos el ejercicio de la razón científica marca el derrotero de la nueva época: la modernidad.

Descartes, el mecanicismo y el antropocentrismo.

A partir del Renacimiento, la revolución copernicana y los avances de la nueva ciencia, la imagen del mundo cambiará radicalmente. Si durante la Antigüedad Griega el universo se consideraba eterno y, al mismo tiempo se representa como un organismo, durante la Edad Media, aparece la idea de la creación del mundo a partir de la nada (creación ex nihilo). La representación del mundo como un organismo implica la idea de que el universo actúa bajo los designios casi siempre inescrutables del Creador o bajo su voluntad propia. A partir de la revolución científica que da inicio al mundo moderno, este modelo deja de ser el dominante, para dar paso a la representación del mundo como una máquina.

La imagen moderna del universo desmitifica la idea del universo organismo para convertir su representación más acorde con el modelo de una máquina, de un reloj cuyo funcionamiento obedece estrictamente a las leyes físico-matemáticas. La imagen del mundo como un gran organismo que se mueve por sí mismo o según los designios inescrutables del Creador, cede ante las leyes de Newton que explican el comportamiento del mundo como resultado de las mismas. El universo máquina se comprende a través de la razón físico-matemática. Se instaura entonces la concepción mecánica del universo. La nueva imagen del universo representado como una máquina, como un reloj, promueve la imagen de un Dios deísta, creador, el gran relojero que, una vez creada la máquina no interviene en ella pues no lo necesita; la misma, opera bajo las leyes físico-matemáticas. Es un dios que se parece cada vez menos al dios de la Revelación, es decir, de la Biblia. Ser creador, trascendente y distante del mundo.

Recogiendo lo planteado hasta ahora, Descartes reconoce tres objetos de investigación: el ser humano, el mundo y Dios. También reconoce la existencia de dos sustancias, la extensa, que corresponde a todos los seres que poseen cuerpo, todos, sin excepción, incluyendo al hombre, en tanto cuerpo, actúan como máquinas; y la sustancia pensante, propia del ser racional del hombre y de Dios. Esta concepción mecanicista del universo no sólo desmitificó la naturaleza como ser vivo, sino que al hacerlo, relega la naturaleza y a todos los seres que la componen a un mero instrumento del sujeto racional. En este orden de ideas, el universo mecánico no es un ser vivo y, por ende, tampoco se reconoce en él ni en los seres que lo componen, en tanto sustancias extensas, ninguna dimensión moral pues esta, cuando existe sólo se aplica a los seres vivos. Instrumentalizar el universo no es un problema moral.

El mecanicismo y el sujeto racional cartesianos fundamentan la concepción antropocentrista moderna la cual sostiene que la naturaleza pertenece y está al servicio del ser humano. Según la concepción antropocentrista el único criterio para cuidar la naturaleza es el cálculo racional del beneficio de la especie humana. No existe ninguna obligación moral con los demás seres de la naturaleza. Esta concepción mecanicista, junto con el individualismo derivado del yo racional y el desarrollo del sistema capitalista tienen una alta dosis de responsabilidad en el momento de evaluar la crisis ambiental del planeta.

Opuesto al antropocentrismo, la concepción biocentrista sostiene que los seres humanos pertenecemos a la naturaleza y, por tanto, debemos respetarla, incluyendo a los demás seres vivos que la habitan con nosotros. Se reconoce el valor moral de los demás seres al considerar el planeta como un ser vivo. El biocentrismo no supone la no utilización de los demás seres sino la no utilización indiscriminada e irrespetuosa de la naturaleza, como la que se hace, por ejemplo, solamente con fines económicos. La justificación del pensamiento biocentrista es propia del pensamiento griego, en particular, de los filósofos presocráticos, también llamados filósofos de la naturaleza, como también en las comunidades nativas de Norteamérica (Lakotas) o en las comunidades indígenas y las comunidades afro que pueblan nuestro territorio colombiano. La concepción antropocentrista junto con la biocentrista constituyen las dos concepciones ético-filosóficas que sustentan la relación del ser humano con la naturaleza.

Con Descartes, la modernidad queda instaurada, él representa la fundamentación filosófica que hace posible la construcción del proyecto de la modernidad no sólo en ciencia, sino como eje problemático toda teoría moderna del conocimiento.

Textos para el análisis:

Texto 1:

“[La naturaleza] es como un fino reloj, […] donde todas las cosas fueron tan hábilmente concebidas que la maquinaria, puesta una vez en movimiento, todas las cosas proceden de acuerdo con el primer designio del artífice, y los movimientos de las estatuillas , que a tales horas desempeñan estas o aquellas cosas, no requieren como los de los títeres, la peculiar interposicióndel artífice, o de un agente inteligente empleado por él, sino que desempeñan sus funciones en ocasiones particulares, por virtud de la disposición general y primitiva de toda la maquinaria.”

Robert Boyle (1627-1691), científico inglés, defensor de los métodos científicos y uno de los fundadores de la química moderna.

Preguntas para el análisis.

1. Señale la idea principal que articula el texto.

2. ¿A qué se refiere el texto con el término Artífice?

Texto 2:

“La filosofía está escrita en este gran libro, el Universo, que permanece continuamente abierto ante nuestra mirada. Pero el libro no puede comprenderse a menos que aprendamos antes a entender el idioma y leer las letras de que está compuesto. Está escrito en el idioma de las matemáticas, y sus caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es humanamente imposible entender una sola palabra; sin estas deambulamos como en un negro laberinto.”

Galielo Galilei (1564-1642). Entre otros aportes Galileo se destaca por proponer conceptos como el de la inercia, conceptos de cinemáticas y el uso del telescopio. Por sus ideas en defensa del heliocentrismo fue llevado al Tribunal de la Inquisición.

Preguntas para el análisis

1. Señale la idea principal que articula el texto.

2. Explique el contexto en el cual dicha idea se expresa.

3. ¿Está de acuerdo o no con la idea principal? ¿Por qué?

15.5.09

DESCARTES – ANÁLISIS DE TEXTOS IV: Conclusión general con respecto a los tres argumentos sentidos, el sueño y el dios engañador

De las tres hipótesis propuestas en la primera meditación metafísica, Descartes propone, al final de la misma, la siguiente conclusión:

“De todas las opiniones a las que había dado crédito en otro tiempo como verdaderas, no hay una sola de la que no pueda dudar ahora, y ello no por descuido o ligereza, sino en virtud de argumentos muy fuertes y maduramente meditados; de tal suerte que, en adelante, debo suspender mi juicio acerca de dichos pensamientos, y no concederles más crédito del que daría a cosas manifiestamente falsas, si es que quiero hallar algo constante y seguro en las ciencias. Pero no basta con haber hecho esas observaciones, sino que debo procurar recordarlas, pues aquellas viejas y ordinarias opiniones vuelven con frecuencia a invadir mis pensamientos, arrogándose sobre mi espíritu el derecho de ocupación que les confiere el largo y familiar uso que han hecho de él, de modo que, aun sin mi permiso, son ya casi dueñas de mis creencias.”

Preguntas para el análisis:

1. Señale a qué opiniones se refiere Descartes al afirmar: “las opiniones a las que había dado crédito en otro tiempo como verdaderas

2. Enumere, sin desarrollar, los argumentos a los que se refiere la expresión: “argumentos muy fuertes y maduramente meditados.”

3. ¿Qué quiere decir la expresión “suspender mi juicio acerca de dichos pensamientos.?

4. Resuma en sus propias palabras el sentido de la expresión: “Pero no basta con haber hecho esas observaciones, sino que debo procurar recordarlas, pues aquellas viejas y ordinarias opiniones vuelven con frecuencia a invadir mis pensamientos, arrogándose sobre mi espíritu el derecho de ocupación que les confiere el largo y familiar uso que han hecho de él, de modo que, aun sin mi permiso, son ya casi dueñas de mis creencias.”

5. ¿Qué se puede afirmar, desde la perspectiva de Descartes, respecto a la pregunta inicial sobre si es posible dudar de todo?

12.5.09

PREGUNTAS...

  • ¿Qué culpa tiene la estaca, si salta la rana y se ensarta?
  • Te has preguntado alguna vez… ¿cuál es tu odio más amado? (Mario Benedetti, Escritor uruguayo, 1920-2009)



6.5.09

¿HACIA DÓNDE VA INTERNET? Por Umberto Eco





“Aunque Internet haya cambiado nuestras vidas, este progreso tecnológico podría conducirnos a una regresión cultural. Borges nos contaba en Ficciones la historia de Funes o la memoria, este hombre que se acordaba de todo, de cada hoja que había visto en cada árbol, de cada palabra que había oído durante su vida y que, debido a su memoria total, era un perfecto idiota. La función de la memoria no es sólo conservar, sino también filtrar. La cultura es también un proceso de conservación y de filtración, por medio del cual sabemos quién era Hitler, pero no de qué color eran sus calcetines ni el día en que se suicidó en su búnker. Ahora bien, para un navegante ingenuo, Internet es Funes. Internet le dice todo sin decirle si tal o cual información es fiable. Si no se es un experto es muy difícil decir si un sitio dedicado, por ejemplo, a los platillos volantes es serio o delirante. Toda cultura está regida por los filtros de las enciclopedias (en el sentido del Larousse, pero también de repertorio de saber virtual compartido por una comunidad). Pero la enciclopedia puede decirnos cosas falsas, como las de principios del siglo XX, que nos hablaban del éter cósmico. ¡Si no se educa a los internautas para la navegación, acabaremos por tener 6.000 millones de enciclopedias, una por cada habitante del planeta!”

Fragmento de una entrevista a Umberto Eco. (Turin, 1932) Filósofo, novelista, semiólogo. Autor entre otras obras de la novela El nombre de la rosa (1981) y de El péndulo de Focault (1988). Entre sus última obras publicadas están la Historia de la belleza y Historia de la fealdad (2007).

Para la entrevista completa: http://www.elpais.com/articulo/reportajes/aliados/terrorismo/estan/santuarios/economia/elpepusocdmg/20060924elpdmgrep_1/Tes



5.5.09

A PROPÓSITO DE DESCARTES: ¿ES POSIBLE DUDAR DE TODO? - Apuntes de clase - I

Por Edgar Bravo

· · Descartes, a través de su método, sienta los fundamentos epistemológicos y ontológicos de la modernidad. De ahí que sea considerado el padre de la filosofía moderna.

· La búsqueda de una certeza es una constante en Descartes, es una preocupación que atraviesa toda su investigación filosófica.

· Para esa búsqueda Descartes propone, al modo de la ciencia, un método de investigación filosófica que le permita ir a paso seguro hacia un conocimiento cierto e indudable.

· Descartes propone entonces la duda metódica como la vía privilegiada para acceder a ese nuevo fundamento.

· El método cartesiano se desarrolla según las cuatro reglas del método que son las siguientes: regla de la evidencia, regla del análisis, regla de la síntesis y regla de la enumeración o revisión.

· A partir del método propuesto en sus dos obras más conocidas Meditaciones metafísicas (1640) y el Discurso del método (1637), es posible identificar tres momentos en su investigación:

Primer momento: crítica y escepticismo respecto al mundo.

En este primer momento Descartes duda de todo su conocimiento del mundo que él llama ‘opiniones’ para ello utiliza tres hipótesis a modo de argumentación:

1. La hipótesis de los sentidos.

2. La hipótesis del sueño.

3. La hipótesis del dios engañador.

Con ellas pone en duda todo el mundo físico en el que incluye no sólo el mundo sensible sino también el mundo físico-matemático. [continuará]

30.4.09

Autor

Edgar Bravo M.

Filósofo por formación y vocación.

Docente por más de 20 años en el trabajo con jóvenes en Educación Media  y docente universitario, por temporadas. Investigador para producciones audiovisuales.

Licenciado en Filosofía por la Universidad del Valle, con estudios de postgrado en la misma universidad. Con interés particular en las áreas de Ética, la Filosofía Antigua, en especial en el pensamiento de Sócrates, la Filosofía Política y en la Educación.

Autodidacta e interesado en distintas áreas del saber relacionadas con la ciencia, la psicología, la epistemología, el psicoanálisis, el medio ambiente, la condición humana, entre otras.

Laboro en tutorías personalizadas y en grupo on line y presenciales (en Cali, Colombia) en el campo de las humanidades y en los procesos de lectura, escritura y hábitos de estudio.

El blog Travesías filosóficas es un espacio para la reflexión y divulgación del pensamiento filosófico, la cultura y la educación.

Actualización permanente con nuevas publicaciones cada mes.

Todas las publicaciones están disponible para uso público en formato PDF. Tenga en cuenta los créditos correspondientes puesto que eso permite que el blog siga creciendo.

Publicaciones del autor en este blog: aquí.


Bienvenidos los comentarios y sugerencias. 

E-mail: travesiasfilosoficas@gmail.com 

29.4.09

Citas sobre el pensamiento y la escritura en la Filosofía

"La palabra es el gran soberano que, con su pequeñísimo y muy invisible cuerpo, consigue efectos absolutamente divinos; pues, en efecto, puede eliminar el miedo , y suprimir el dolor, e infundir alegría, y aumentar la compasión." 
Georgias de Leontinos, siglo V a.C., Elogio a Helena.

"El pensar es el principio y la fuente para escribir bien."
Horacio, siglo I a.C., De arte poética, 309.